La herencia de la rosa blanca de Raquel Rodrein

30 marzo 2012


La herencia de la rosa blanca
Raquel Rodrein
Editorial: Roca Editorial / 27 Febrero 2012
ISBN: 978-84-9918-423-4
Género: Sentimental       
Cuatro familias y tres generaciones cuyos destinos están entrelazados por la obsesión de una venganza.
En 1943, Edward O’Connor sufre el mayor revés de su vida: la muerte durante la Segunda Guerra Mundial de Erin, su mujer.
Veinte años más tarde, Patrick O’Connor conoce a Julia Steiner, la mujer que se convertirá en la madre de sus hijos y por la que se enfrentará a su padre y sesgará toda relación con él.
Ben O’Connor, el hijo de ambos, es un renombrado arquitecto neoyorquino que está pasando una temporada en París. Allí tropezará una y otra vez con Sophie Savigny, una joven intérprete que acaba de recibir una propuesta laboral para trasladarse a la sede central de la ONU en Nueva York.
El cirujano irlandés Hugh Gallagher vive en París desde hace unos años. En las últimas semanas, el azar ha colocado en su camino a una joven de la que se ha quedado prendado. Su nombre es Sophie Savigny, pero un terrible suceso le obliga a volver a Irlanda y se desvanece cualquier expectativa de relación.
A través de los años, la fuerza de un destino tenaz reunirá unas vidas marcadas por una traición del pasado. Secretos y mentiras silenciados durante décadas, que saldrán a la luz de la forma más inesperada.
Tras leer Tú escribes el final, deseé leer algo más de la autora Raquel Rodrein, pese a que algunos detalles de la primera novela no me convencieron del todo, pero el estilo de la autora me parecía diferente. De modo que en cuanto tuve oportunidad de leer su última novela: La herencia de la rosa blanca, me lancé de cabeza porque la sinopsis me parecía muy interesante.

Ahora que lo he terminado, no sé muy bien como resumirla sin revelar ningún dato. Lo cierto es que esta novela relata la vida de tres generaciones de los O’Connor: Andrew, que emigra de Irlanda siendo aún un niño y se convierte en un poderoso hombre de negocio. Vive obsesionado con la muerte de su mujer y el deseo de vengarse. Patrick, cuya relación con su padre Andrew es como poco tensa por haber decidido seguir su propio camino y por enamorarse de la mujer que despierta recuerdos dolorosos. Y finalmente Ben, un arquitecto afincado provisionalmente en Paris. Tres historias que, al ser todos de la misma familia, se irán entrelazando junto a las de Sophie Savigny y Hugh Gallager.

La primera parte de la novela aporta muchos datos, hasta casi resultar abrumador, pero cada trama, cada una desarrollándose en una década diferente, despierta la curiosidad y empuja a querer saber más. La segunda parte es muy emotiva a la vez que trepidante porque todos los cabos sueltos se van uniendo, tejiendo una historia de odio y venganza, de amor y sacrificio.

El estilo de Raquel Rodrein está basado en las emociones de sus personajes. Los O’Connor son irresistibles, la autora los ha dotado de una personalidad irresistible, sobre todo Ben que me caló muy hondo y me conmovió hasta empañarme los ojos. Pero también todos esos saltos en el tiempo y en diferentes lugares de Europa y Estados Unidos requieren mucha atención porque al principio algunas tramas, como la de Andrew, me resultaban confusas. También he echado de menos “saber” un poco más de Dieter, un personaje clave en la vida de la familia O’Connor.

Si bien la historia me ha cautivado y he devorado los últimos capítulos, la autora se repite en determinados puntos, como los amores a primera vista, como es el caso de Patrick, Alan Gallager, Hugh o Ben. También hay muchas “casualidades”, encuentros fortuitos que acaban restando credibilidad a la historia. Los azares de la vida pueden desembocar en muchas situaciones increíbles, pero tanto no. Puede llegar a parecer que algunos encuentros van un poco encajados a la fuerza. Y no sé si me he saltado algo en la historia, pero para mi queda en el aire el origen de la carta que recibe Ben de Irlanda. Cuando acabé la novela, me quedé con la duda y releí determinados pasajes, en efecto solo se hace una alusión superficial que no es más que una sospecha. Es un detalle, pero me habría gustado saber el motivo del por qué esa persona mandó la carta.

Y está el final… que me parece un poco abierto a una nueva novela. Y la verdad ya estoy elucubrando…

Como conclusión, La herencia de la rosa blanca me ha gustado con sus más y sus menos, pero lo esencial es que ha captado mi atención de principio a fin, me ha emocionado, incluso he soltado alguna lágrima. Es una preciosa historia, una saga familiar que se ve arrastrada por los acontecimientos del pasado. Raquel Rodrein tiene su sello personal, su estilo es más sentimental que romántico y lo ha perfeccionado en esta segunda novela.

Si os gustan las historias de secretos familiares y de venganzas, La herencia de la rosa blanca es perfecta. Estoy deseando leer algo nuevo de la autora. Creo que con esta novela, Raquel Rodrein se reafirma como escritora y deja el listón muy alto.