Sal de vainilla de Ada Parellada

31 enero 2013



Editorial: Planeta / 3 Abril 2012
ISBN: 978-84-08-00408-0
Género: Narrativa       

Álex es un cocinero de gran talento, pero su premiado restaurante, cuya peculiaridad reside en que no cocina con productos procedentes originariamente de América, está cada día más vacío. Es brusco, algo excéntrico y de pocas palabras.
Annette es una joven canadiense que aterriza casi por azar en el restaurante de Álex, sin experiencia en cocina pero con un máster en antropología alimentaria bajo el brazo. Es dulce, enérgica y en su cabeza siempre bullen mil ideas.
Son polos opuestos, sin embargo hay algo que ambos comparten: un oscuro pasado.
Recetas, cazuelas y aromas aderezan la vida de los protagonistas: dos corazones rotos que encontrarán entre fogones el condimento de su propia felicidad.
Ácida, fresca y chispeante, a la vez que tierna y enigmática, por las páginas de Sal de vainilla sobrevuela un misterio y una pasión contenida, pero también un amor incondicional por la cocina.

Alex se niega a aceptar que su restaurante es un negocio sin sentido ya que está siempre vacío, su carácter arisco y su poco tacto al tratar con los clientes le han llevado al filo de la quiebra; pero cocinar es la única constante en su vida. Cuando llega Annette, una canadiense ciada del cielo, Alex no hará nada por controlar su mal genio, pese a saber que la necesita. Para su sorpresa, Annette aguanta sus embates verbales y se muestra decidida a ayudarle a sacar adelante el negocio. Entre los dos nace una relación frágil basada en su mutua pasión por la cocina. Cuando por fin parecen encontrar un equilibrio, aunque precario, en su trabajo diario, tanto Annette como Alex deberán enfrentarse a un sinfín de obstáculos.
Los personajes son perfectos, sobre todo Alex, un cocinero maduro, irascible, incluso grosero, pero tras esa brusquedad se esconde una soledad y una vulnerabilidad que hacen imposible odiarle. Frente al cocinero, tenemos a Annette, una canadiense que aparece de la nada, como si no tuviese pasado. Está decidida a hacerse un hueco en la cocina de Alex, pese a los exabruptos de éste y sus rarezas a la hora de cocinar. Enseguida es consciente del mal estado del negocio, a un pelo de la quiebra, y lo más desconcertante es que Alex hace oídos sordos, cierra los ojos ante lo evidente y sigue despotricando entre fogones.
Los dos personajes tienen mucho en común. Ambos parecen no tener a nadie, esconden un pasado difícil, comparten la misma pasión por la cocina creativa aunque con distintos puntos de vista. Mas allá de estas similitudes, todo los separa, incluso el idioma ya que Annette apenas chapurrea el español. Esta última me ha descolocado un poco con algunos aspectos, en todo lo referente al restaurante se muestra emprendedora, creativa y decidida, sin embargo en cuanto a su vida privada, es tan dócil que pierde su brío.
En torno a la pareja gira un elenco de personajes segundarios disparatados pero indispensables, que interactúan con los protagonistas con fluidez, sin hacer sombra pero ofreciendo las distintas facetas de las relaciones humanas como la generosidad, la traición, los celos, la amistad o el amor.
Sal de vainilla ha sido toda una revelación. Me he llevado una sorpresa muy agradable. La descubrí al leer una reseña en el blog: Tras la lluvia literaria de Xavier Beltrán. Despertó mi curiosidad. La acabé en nada de tiempo y he disfrutado de principio a fin. El restaurante es como un personaje más, y la cocina es una parte fundamental de la novela. Está más que claro que la autora sabe de lo que habla, ya sea en la creación culinaria como la relación con los proveedores, los críticos gastronómicos, los clientes, incluso el papel fundamental que Internet y los blogs pueden ejercer. Me han encantado las disertaciones de Annette sobre el origen de los alimentos procedentes del Nuevo Mundo, como los tomates, los pimientos o algo tan básico y socorrido en cualquier casa como las patatas.
Sal de vainilla me ha resultado amena por la historia y sus personajes. El estilo de Ada Parellada es fresco, fluido, directo con analogías entre la vida y los alimentos o la cocina muy oportunas. No conozco a la autora como cocinera, pero como escritora, se merece una de esas  estrellas tan codiciadas de la guía Michelin.