Corazón comanche

18 julio 2011


Corazón comanche
Autora: Catherine Anderson
Título original: Comanche Heart
Editorial: Terciopelo / Junio 2011
ISBN: 9788492617890
Género: Histórico/Oeste
Serie: 2º- Comanche
UNA PROMESA DE AMOR
Obligada a huir de las llanuras salvajes de Texas, Amy Masters encontró su nuevo santuario en las doradas colinas de Oregón. Allí empezó una nueva vida, pero nunca pudo olvidar a Antílope Veloz, el magnífico guerrero comanche que le robó el corazón.Y ahora el guerrero comanche, convertido en un famoso pistolero cuya peligrosa reputación es más que conocida por todo el Oeste, la ha encontrado.Él prometió no olvidar nunca a la orgullosa belleza de cabellos dorados que lo persigue en sueños, y ha venido para cumplir con su voto. Pero, ¿conseguirá que ella crea en su amor y anhele sus caricias del mismo modo que él lo hace?

Desde que leí Luna comanche, que me dejó con el corazón en un puño cuando la acabé, deseaba leer la historia de Amy y Antílope Veloz. En ese punto dejamos a Loretta y Cazador en un momento crucial para el pueblo comanche, con una guerra por su supervivencia por delante; es decir un futuro azaroso para la pareja pero también por los que fueron los personajes segundarios de mayor relevancia en la historia: Amy y Antílope veloz

Desde ese final al inicio de Corazón comanche han pasado quince años, y son muchos porque todo puede cambiar. La última vez que se vieron Amy, con doce años, había dejado atrás una experiencia traumática y gracias a su amistad con un joven indio, paciente y tierno, paulatinamente fue saliendo de la tortura de los recuerdos. Se separaron con una promesa de amor y entrega, un compromiso a la usanza comanche que equivale a un matrimonio, con la esperanza de volver a encontrarse muy pronto. Pero cuando vuelven a encontrarse, ni Veloz ni Amy son los mismos; la vida los ha marcado, ambos han sufrido pérdidas que dejaron cicatrices que no se han cerrado.

Veloz vio a todo su pueblo aniquilado. Solo, se ha forjado una reputación más que justificada de pistolero implacable y para infundir más temor, se ha unido a una banda de comancheros. Amy, por su parte, esperó a Veloz, pero los años pasaron y ella perdió la esperanza, así como los sueños de un futuro feliz. Vive en Oregón junto a su prima Loretta y Cazador en una comunidad tranquila y segura, escondida tras una coraza de manera que nada puede alcanzarla. Sus recuerdos son demasiado dolorosos para olvidar.

Cuando Veloz aparece, precedido por su reputación de pistolero peligroso, los recuerdos más dolorosos de Amy afloran. La presencia de ese hombre que pertenece a su pasado le recuerda que hicieron un juramento que él piensa llevar a cabo pero ella no puede, el terror se lo impide y se da cuenta de que durante todos esos años en los que añoraba la presencia de Veloz, solo añoraba el pasado y los momentos felices que compartieron. El hombre que tiene delante ya nada tiene que ver con el joven amigo que tanto la ayudó, ahora representa lo que más teme: un comanchero.

Cuando empecé a leer Corazón comanche, recordaba a una joven Amy intrépida, capaz de enfrentarse a sesenta comanches con un rifle más grande que ella. Incluso cuando sufrió el rapto de los comancheros y las vejaciones más crueles a las que tuvo que enfrentarse demostró un temperamento inquebrantable. Por eso mismo me sorprendió encontrarme quince años después con una mujer asustadiza, más bien envarada y casi encorsetada que poco tenía que ver con la niña de la primera novela. No hacía más que preguntarme qué le había sucedido en esos quince años para derrotarla de esa manera.

Veloz, por su parte, me parecía el mismo aunque endurecido por la vida, aun así en él se vislumbra enseguida el joven comanche leal y de corazón integro. En cuanto llega y percibe la barrera que Amy coloca entre ellos, decide seguir adelante en su afán de recordarle el juramento que hicieron años atrás. Con una infinita paciencia llega hasta ella y poco a poco irá descubriendo lo que su miedo esconde.

Corazón comanche es una historia de superación y de esperanza a pesar de las heridas del pasado. Como siempre, Catherine Anderson no solo se centra en la pareja, nos habla de temas que marcan la época de describe, como el mal trato en la familia y las escasas respuestas de la justicia, los prejuicios raciales, sin olvidar el doloroso camino hacia la esperanza para una mujer que ha sufrido tanto como Amy.

Volver a saber de Loretta y Cazador me ha encantado, ver que el futuro tan frágil que presagiaba el final de Luna comanche tuvo un desenlace feliz. Y a la vez vemos como se perfilan los personajes que serán los protagonistas de las siguientes entregas, como Índigo, la hija de la pareja. Una chica que promete mucho.

En general la novela me ha gustado mucho, me ha resultado emotiva: las emociones descritas con una narrativa ágil, sin caer en la autocompasión ni el sentimentalismo. Aun así, la primera parte de la novela se me hizo un poco lenta, los tira y afloja entre Veloz y Amy se estancaban un poco y se repetían para mi gusto. Sin embargo, en cuanto Veloz consigue penetrar la barrera de Amy todo va cobrando sentido, pero Amy, algunas veces, me parecía demasiado “tiesa”, envarada en la actitud de una maestra de escuela.

Una escena que encoge el corazón es cuando Veloz se enfrente a la clase en un concurso para deletrear cuando apenas sabe distinguir las letras del alfabeto. Ver a un orgulloso comanche humillado por unos niños revela las inseguridades que todos podemos tener, incluso los que parecen inmunes a las críticas.

Ahora que la he acabado, sólo pienso en leer la historia de Índigo. Decir que me encanta el estilo de Catherine Anderson es decir poco, incluso cuando me parecía que la relación entre Amy y Veloz se alargaba, disfruté de principio a fin. Me gusta cómo transmite los sentimientos de sus personajes, los miedos, el cómo los hace madurar hasta entender sus prioridades. Es una escritora increíble que encandila a los lectores sin endulzar las novelas porque algunas veces es increíblemente cruda en las penalidades de sus protagonistas. Desde luego no se anda con chiquitas para dar vida a sus novelas. No teme tocar ningún tema, hasta los más delicados aunque creo que no es más que un fiel retrato de la época. A pesar del inicio un poquito lento, es una novela preciosa.