Las pequeñas mentiras de Laura Balagué

06 abril 2015


⇒ Las pequeñas mentiras
Autor: Laura Balagué          Páginas: 280
Editorial: B                          Género: novela negra
ISBN: 9788466656252         Precio: 17,00€
Las pequeñas mentiras se inicia con el descubrimiento del cadáver de Cristina Sasiain, una mujer de la alta sociedad donostiarra, en el interior de su lujosa peletería.
La inspectora de la Ertzaintza Carmen Arregui recibe el encargo de esclarecer la muerte, para lo cual tendrá que sumergirse en el complejo entramado de relaciones de la víctima mientras recorre en busca de pistas un San Sebastián lluvioso e invernal.
Entre pesquisas, interrogatorios y giros inesperados, Carmen seguirá librando su propia lucha cotidiana y descubrirá en los entresijos de la investigación un reflejo de sus propios conflictos y preocupaciones.

La novela negra española está en auge. En los últimos años escritores como César Pérez Gellida o Dolores Redondo han demostrado, sobradamente además, que sus libros nada tienen que envidiar a la oferta literaria internacional. Y en este contexto surge El Premio de la Novela de la Trama, dispuesto a descubrir nuevas voces con nombre propio, como el de Laura Balagué.

El comienzo de Las pequeñas mentiras nos sitúa directamente en la escena de un crimen. Entre pieles y abrigos manchados de pintura, se halla el cadáver de Cristina Sasiain, dueña de una lujosa peletería de San Sebastián. Sin demasiadas pistas que ofrezcan luz sobre el motivo de su asesinato y con la prensa detrás atosigando, Carmen Arregui, inspectora encargada del caso, iniciará junto a su equipo una investigación a contrareloj.

Con esta sencilla premisa nos sumergimos en una lectura fácil y amena que, dotándose de capítulos cortos y un lenguaje fluido y directo, es determinante para enganchar al lector desde las primeras páginas. Esto, sin duda, resulta ser uno de sus puntos fuertes porque si bien la trama podría haber sido más ambiciosa – desarrollando más algunos puntos y personajes, potenciando más giros inesperados o elaborando un final menos precipitado -,  no me quitó de disfrutar de la novela.

Pero este disfrute también se explica por otros aspectos. Carmen, protagonista y conductora de la narración, se presenta como una mujer corriente y real que más allá de su faceta como inspectora de la Ertzaintza es también hija, hermana, esposa y madre. Un personaje, por tanto, cercano y creíble que se mueve en un contexto igual de común, ofreciendo imágenes muy cotidianas – referentes a las labores de la casa, responsabilidades, ritmo de vida… - y dilemas, preocupaciones e incluso rencillas familiares frecuentes.
"Las cosas atroces nunca pueden imaginarse; pueden temerse, pero no imaginarse."
Por otra parte, aunque el eje principal de la historia recae en la investigación, en todo el libro se intuye cierta ironía y crítica respecto a la importancia que, en general, se le otorga a la imagen pública como fuente de prestigio moldeando así un estilo de vida guiado por el qué dirán,  las falsas apariencias, el miedo a envejecer en un mundo donde prima la “perfección”… Para ello se sirve de un conjunto de personajes de la alta sociedad que, ciertamente, no despiertan gran simpatía y hacen gala de una superficialidad irrisoria danzando sobre el lujo, el estatus, la belleza, el estilismo y la hipocresía. Y las mentiras. Todos, por motivos más o menos altruistas, mienten.

Cabe destacar, asimismo, la ambientación de la novela. Es un atractivo añadido poder adentrarte en localizaciones geográficas cercanas y conocidas como San Sebastián, poco explotadas hasta hace poco. Ciertamente el País Vasco se está ganando un lugar en el género. De esta forma podemos pasear por la plaza de Gipuzkoa o por la playa de la Concha pero Balagué no se limita a representar los escenarios de la región, también atiende a los aspectos culturales y recoge expresiones en euskera.

Ha sido un placer, además, compartir lectura y comentarios con Inés (@mariainescaro), Dani (@Shhhhhh_) y Montse (@almaprendida). Espero que podamos repetir la experiencia pronto.

En definitiva, si bien creo que le queda potencial por exprimir,  me llevo una buena sensación. Las pequeñas mentiras cuenta con buenos ingredientes para resultar una lectura entretenida que se lee del tirón.