El río sin retorno de Bee Ridgway

30 septiembre 2014


El río sin retorno
Autor: Bee Ridgway                 Género: Narrativa
Editorial: Plaza & Janés            Fecha publicación: junio 2014
ISBN: 9788401384998              Precio: 21,90€
1812. El marqués Nicholas Falcott agoniza en un campo de batalla cuando un salto en el tiempo de doscientos años le transporta hasta el siglo XXI. Aterrizará en un hospital londinense con una identidad nueva. Nick anhela retroceder al pasado y regresar a los brazos de la mujer de quien está enamorado. Pero el Gremio, la poderosa élite que le ha salvado, tiene un principio básico: el tiempo es un río sin retorno, es imposible volver atrás.
Sin embargo, ahora el Gremio pide a Nick inesperadamente que infrinja sus propias reglas. Necesitan que regrese al pasado y recupere un talismán imprescindible para controlar el tiempo.
1815. Tras la muerte de su abuelo, Julia Percy descubre que ha heredado la capacidad de jugar con el tiempo. Aunque este poder puede exponerla a graves peligros, tal vez también le permita reunirse con su amado Nicholas y asegurar el futuro del mundo.
La idea de viajar en el tiempo es recurrente en la ficción pero no por ello me deja de resultar apasionante. Creo que todos en alguna ocasión hemos fantaseado con el deseo de saltar a alguna época histórica pasada ya sea para vivirla en carne y hueso o por la heroica pretensión de impedir guerras u otros horrores. El caso es que no me pude resistir a leer la novela debut de Bee Ridgway, "El río sin retorno", presentada como una pura e idílica historia de amor construida bajo la base de recuerdos, secretos y dones capaces de manipular el tiempo.

La causa principal para que alguien viaje al futuro es haber estado al borde de la muerte. Así le sucede al marqués Nicholas Falcott, quien se encuentra apunto de perecer en el campo de batalla cuando una fuerza desconocida lo conduce hasta el siglo XXI. El Gremio lo espera para ponerlo a salvo e instruirlo en su adaptación a un nuevo mundo tan distinto al suyo. Sólo a cambio de obedecer las reglas, entre las que se encuentran no contarlo a nadie y asumir que no hay modo de regresar. Diez años más tarde, el seductor y bien avenido Nick Davenant descubre que no tan solo debe romperlas sino que le han mentido y ahora debe recuperar su identidad para luchar contra los Orfan en busca de un talismán del que depende el futuro del mundo.

No cabe duda que la autora ha armado una trama distinta, elaborada y con potencial en cuanto a la concepción que envuelve el misterio de los viajes en el tiempo y la lucha existente entre el Gremio y los Orfan, (organización y grupo respectivamente que tienen el poder de gestionar el tiempo aunque con diferentes fines). Es difícil innovar en esta temática y lo consigue creando un sello propio repleto de conspiraciones. O al menos no se parece a nada de lo que he leído hasta el momento de la temática.

Pero llegados a este punto me veo en la obligación de señalar que a pesar de que he disfrutado de la lectura no ha resultado ser todo lo que esperaba. No quiero entrar en demasiados detalles por miedo a spoilear pero más allá que la intriga gana terreno al romance, quedando en un segundo plano, este me ha parecido tan sencillo, fácil y previsible que le ha restado la emoción que prometía el argumento.

Es cierto que los protagonistas están cortados por los estereotipos de la época; la altanería de la aristocracia y la desigualdad notoria respecto al papel de la mujer, pero no he sabido conectar realmente con ellos. Pongo de ejemplo la fría desconexión que muestra Nicholas con su familia, a la cual creía que jamás volvería a ver. Conductas y reacciones similares, sin ninguna justificación previa que los motive,  no han ayudado a que lograra creérmelos.

El ritmo es variable y con altibajos. Hasta el regreso de Nick, se intercalan dos hilos temporales que van desde el relato de Julia Percy tras la muerte de su abuelo en el año 1815 hasta el presente, en 2013. Así, la introducción sabe captar nuestra plena atención pero después oscilan pasajes repletos de información que hacen decaer el interés. En mi humilde opinión, creo que podría haber reducido el número de páginas, no obstante, he devorado 573 páginas en apenas dos días y medio; señal que a pesar de los peros me gustaba.

Lo que no me esperaba es que no hablamos de un libro independiente, sino una serie cuyo número de entregas desconozco. A medida que avanzaba en la lectura iban surgiendo cuestiones paralelas que finalmente se han reducido a meros cabos sueltos que retomar en una futura continuación.

En definitiva, aunque no se ha ajustado por completo a mis exigencias, que reconozo que son muchas, es una novela entretenida para pasar un buen rato.