La balada del corazón salvaje de Norah Sanders

13 enero 2014

La balada del corazón salvaje
Norah Sanders
Editorial: Ediciones B (4 de octubre de 2013)
ISBN-13: 978-8466653879
Género: Narrativa landscape

Corre el año 1899. Después de pasar años fuera de casa, Shannon vuelve a San Francisco. Su abuela la espera con impaciencia, ya que supuestamente su nieta debe casarse con el rico Rob Conroy, heredero de una importante empresa. Shannon accede a ello obedeciendo a su sentido del deber. Sin embargo, de pronto conoce a un enigmático desconocido, Josh, del que se enamora perdidamente y con quien comienza una apasionada relación. Pero Josh debe abandonar la ciudad rumbo a Alaska, en busca de fortuna. Cuando Shannon descubra que está embarazada, comenzará a buscar a Josh en el corazón de los bosques...

Shannon Tyrell rompió todo lazo con su familia años atrás, cuando huyó del matrimonio que su abuela, sumamente autoritaria y controladora, le había organizado, de la desgracia que siempre parece acompañar a sus seres queridos y de la responsabilidad que representa pertenecer a una de las familias más influyente de California. Se ha forjado su propia vida: es fotógrafa y ha viajado por el mundo entero. Sin embargo regresa a San Francisco a sabiendas que su abuela Caitlin, una anciana digna de admiración por haber forjado un imperio de la nada pero incapaz de mostrar un ápice de ternura, espera de ella que cumpla con su deber y contraiga matrimonio con el heredero de otra familia cuya fortuna se equipara a la de los Tyrell. Pero el destino pone en su camino a Josh Brandon, nieto de Charlton Brandon, exmarido de Caitlin y principal competidor. Los dos jóvenes se enamoran sin saber quién es el otro, pero Shannon se ha comprometido y siempre cumple con su palabra. Josh, después de una discusión con Shannon y sospechando que ha perdido la batalla frente a ese misterioso prometido, además de consciente de lo poco que sabe de ella, deja San Francisco y viaja a Alaska. Cuando Shannon se entera, decide ir en su busca.

Esto podría ser más o menos lo que el lector debería encontrarse en esta extensa novela de Norah Sanders, pero esto no es más que una décima parte de una historia que se desarrolla a lo largo de varios años durante los cuales los encuentros casuales, las manipulaciones, el deber y la fatalidad marcan la vida de todos los personajes. La balada del corazón salvaje es la historia de tres familias inmensamente ricas, de esas fortunas que se forjaron de la nada por pioneros, que luchan por diferentes monopolios, por mantenerse en lo más alto de la sociedad y de los negocios y de ancianos que se empeñan en manipular las vidas de sus nietos o hijos para que el legado que tanto les ha costado conseguir tenga una continuidad, en detrimento de la felicidad de los suyos.

Hotel Palace en San Francisco,
escenario del 1º encuentro entre
Shannon y Josh.
Buena parte de la novela se ambienta en San Francisco a principio del siglo XX, una urbe bulliciosa, cosmopolita, y en constante crecimiento (los primeros coches, los pantalones para las mujeres más atrevidas, las cámaras de foto, el surf…). La ciudad fue la sede de muchas fortunas con sus consorcios por las leyes que imperaban en el estado de California. Muchos de los pioneros que lograron hacerse una fortuna en los yacimientos de oro de Alaska durante la última fiebre del oro, se instalaron en San Francisco, por su clima benigno, las ventajas fiscales y sus leyes. La otra ubicación es Alaska, un territorio agreste, inmensamente rico en metales preciosos, pero también duro, hostil y peligroso. De alguna manera todos los personajes han vivido o viven una experiencia en la última tierra salvaje entre Estados Unidos y Canadá. Esa parte me ha parecido muy interesante, primero porque las descripciones de la autora son tan realistas que una acaba sintiendo el frío y la belleza de un paisaje tan espectacular. Nos habla de los yacimientos de oro, de las rudas condiciones de vida de los últimos aventureros del siglo XIX en una tierra que daba tanto como arrebataba. Es la parte que más me ha atraído, tanto que me puse a buscar en el Archivo Digital de Alaska y las fotos de entonces son asombrosas.

En cuanto a los personajes, Norah Sanders traza un perfil muy detallista de todos ellos, desde la protagonista, Shanna, como de todos los segundarios, y son mucho, tanto que al empezar la novela me perdía un poco entre tantos personajes y sus peculiaridades.

Shanna es una mujer independiente, decidida a dirigir su vida, aventurera, en extremo leal a sus hermanos y en exceso responsable. Es el pilar que une a los miembros de una familia disgregada, rota por el temperamento frío y calculador de la matriarca de los Tyrell. Brinda amor a todos, también es consciente del inmenso peso que conlleva ser una heredera.

Josh Brandon es el nieto, el amigo, el amante perfecto: apasionado, bondadoso, aventurero. Ha batallado durante años en Alaska para asegurar la posición de su familia en aquel territorio. Se lleva bien con su abuelo, pero cuando ve que pierde a la mujer que ama, no duda en tomar su propio camino. Josh es la encarnación del sacrificio, de la generosidad y en parte víctima de su sentido del deber.

Y está la tercera familia: los Conroy, la que se podría unir a los Tyrell con el matrimonio de Shanna, cuyo patriarca es Tom Conroy, también nacido en la más absoluta pobreza; es dueño de una de las fortunas más extensa del mundo, presente en los cinco continentes. Desde el primer encuentro, nace entre Shanna y el anciano un fuerte vínculo de amistad y a pesar del amor que siente por Josh, la joven sabe que se casará con el hijo de Tom: Rob, un amante de la buena vida, del riesgo, mujeriego e irresistible.

Y no hablo de los demás personajes que van apareciendo e interfiriendo en las vidas de todas esas personas. Norah Sanders traza una red intrincada de lazos afectivos, obligaciones, traiciones, infidelidades y sacrificios. En ese aspecto es compleja, y quizá la novela pueda llegar a pecar de fatalismo, demasiadas interferencias o manipulaciones. Algunos personajes, como Shannon, a pesar de su temperamento fuerte y decidido, me desconcertaba en algunos asuntos. Sus afectos se ven dividido entre los hombres de su entorno y es capaz de todo por ellos, sobre todo por sus hermanos, pero algunas veces no me convencía su actitud pasiva en determinados asuntos, perdía fuerza ante situaciones señaladas, principalmente en lo relacionado a su vida privada; es muy dada a cerrar los ojos y no reaccionar, quizás por su sentido de la responsabilidad. Las infidelidades campan a sus anchas y es difícil entender la lealtad algunas veces.

Aurora boreal en Alaska
Al leer algún que otro capítulo me parecía llegar a un callejón sin salida con giros que desembocaban en nada y no hacían más que alargar la historia. Sin embargo he disfrutado de los viajes al descubrir un territorio salvaje, violento y magnífico. Es la pasión de la autora por hacernos viajar a Alaska lo que salva esas idas y venidas, porque no lleva de la mano por el último territorio por conquistar de América del Norte. La balada del corazón salvaje es una landscape en toda regla, donde el paisaje y la aventura son un personaje más de la novela.

Y están todas esas casualidades que te hacen pensar que Alaska no es más que un pañuelo cuando en realidad es inmenso, o que la ciudad de San Francisco es un pueblo. Todo transcurre entre las tres familias, como si no hubiese nadie más en San Francisco, en los bosques se secuoyas o en Alaska.

Finalmente está la prosa, algunas veces magníficas, otras me resultaba repetitiva (expresiones, palabras). No sé si tiene que ver con la traducción o si es el estilo de la autora.

En resumen, creo que la novela habría ganado con unos cuantos capítulos menos. Aun así, me la leí en un tiempo record porque me metí de lleno en todo lo que les sucedía a los personajes. La balada del corazón salvaje es ante todo una historia de amor a tres bandas, de superación, sacrificio y amistad; en su conjunto es un drama familiar, o mejor dicho de tres familias. Nos dice que la ambición controlada puede ser beneficiosa, en exceso acaba siendo destructiva y aboca a la soledad, y por encima de todo que el dinero no da la felicidad: un tópico pero que funciona muy bien en esta novela. Mi único consejo: empezar con una dosis de paciencia pero vale la pena.