Primera Dama de Susan Elizabeth Phillips

10 diciembre 2013

Primera Dama
Susan Elizabeth Phillips
Título original: First Lady
Editorial: B de Bolsillo/11 de septiembre 2013
ISBN: 978-8498728606
Género: Contemporáneo Romántico
La joven y hermosa viuda del presidente de los Estados Unidos creyó haberse librarse de la Casa Blanca para siempre, pero las circunstancias la han llevado de nuevo a desempeñar el papel de primera dama. Aunque no por mucho tiempo, porque Cornelia Litchfield Case ha tomado la firme decisión de escapar —aunque solo sea por u nos días—, y así conocer de primera mano la vida de la gente corriente. Lo único que necesita es un disfraz perfecto… y acaba de encontrarlo. El periodista Mat Jorik es un infeliz del que abusan las mujeres en apuros. Ya se ha resignado a transportar a través del país a las hijas de su difunta ex mujer, cuando se apiada de una hermosa autoestopista, que no es otra que Cornelia, y le ofrece llevarla a cambio de que se haga cargo de las dos niñas. Pero los servicios secretos le siguen la pista y es solo cuestión de tiempo que Mat descubra que la mujer a la que cree haber rescatado es la exclusiva de su vida.

 Si anteriormente quería un valor seguro con Nora Roberts, después de haber disfrutado de La testigo, no quería perder ese buen sabor. De modo que escogí para mi siguiente lectura a Elizabeth Susan Phillips. Si bien Nora Roberts destaca por su estilo pulcro, su narrativa cuidada y sus personajes femeninos fuertes e independientes, SEP es la reina de las comedias románticas. Sus historias rebosan sentido del humor con diálogos chispeantes, protagonistas con sobrecarga de testosterona pero adorables (sí, lo consigue y de qué manera) y chicas de aspecto aparentemente frágiles que acaban siendo las que llevan la sartén por el mango.

Primera dama llevaba semanas esperando y ahora que lo he terminado, seguramente lo releeré de aquí a unos años porque es una novela sencilla pero a la vez completa. Primero por su chica, desde luego una chica SEP: guapa, lista además de inteligente, y con un pasado como poco solitario y difícil. Cornelia Chase es la primera dama de Estados Unidos, un cargo público que no tiene un lugar bien definido. Su principal labor es apoyar a su marido, pero cuando el marido ya no está es como un bonito florero que adorna y poco más. Cornelia, o Nealy como la llaman sus amigos, está cansada de esa vida, ha estado sujeta al control de su padre desde muy niña, no sabe lo que es la intimidad, su rostro siempre ha copado las portadas de los periódicos ya sea por ser la hija del vicepresidente o años después por ser la esposa del presidente, pero nunca ha tenido voto para decidir. Cansada y frustrada, Nealy decide marcharse, burlar la estrecha vigilancia del servicio secreto y acaba en una carretera saboreando su libertad aunque todo el Capitolio este en pie de guerra buscándola.

Por su camino se cruza Mat Jorick, un tipo muy grande, que no aguanta a sus siete hermanas, que como periodista está en la cuerda floja y encima se tiene que hacer cargo de una adolescente huraña y un bebé gritón hasta llevarlas con su abuela materna. No son sus hijas aun así todos piensan que deberían quedarse con él, pero Mat quiere una vida de tío soltero, sin compromiso, y por encima de todo quiere reflotar su carrera periodística.

Y una mañana se encuentra a una mujer embarazada sola en el aparcamiento de un área de descanso. Acaban de robarle el coche a ella, él se siente un poco responsable porque anteriormente había visto las llaves de contacto puestas y no la había avisado. De repente lo entiende, está más que harto de las pullas de Lucy y las vomitones de Diablo, de modo que a cambio de viajar con ellos en la caravana, Jorick le propone cuidar de las niñas.

A partir de ahí se inicia una historia de control y libertad, de deseo y de sueños, de ternura, discusiones y risas, porque de repente los cuatro pasajeros de la autocaravana se convierten en una familia, bastante disfuncional, pero, aunque preferirían arrancarse una muela ante de admitirlo, se siente a gusto juntos.

Pero Nealy es la primera dama y medio país la está buscando.

Me ha encantado, he disfrutado de la bocaza de Mat, del ingenio de Lucy, del bebé diablo (absolutamente irresistible) y del sentido del humor de Nealy. A pesar de haberse pasado la vida acompañando a su padre y después a su marido, siempre ha vivido lejos de lo que es realmente el país que ama, no conoce las raíces más profundas de las zonas rurales, no ha vivido una vida familiar convencional a pesar de que es uno de los pilares del país. Cualquier nimiedad se convierte en algo excepcional para ella, desde comprar en un supermercado o comer sobre una manta en el campo. Nunca se le ha permitido tener opiniones propias y junto a Mat descubre que tiene mucho que decir.

Frente a Nealy, que sabe que tiene el tiempo contado y disfruta al máximo de su libertad, está Mat: gruñón, bocazas, decidido a quitarse de encima a las dos niñas y sorprendido de sentirse atraído por una embarazada. Es un hombre leal, con un enorme sentido del deber y es ese sentido de la responsabilidad lo que lo llevó a hacerse cargo de sus siete hermanas en el pasado, lo que le privó de la libertad que cualquier joven habría querido disfrutar. Por eso Mat no quiere oír hablar de compromiso, ni con las mujeres ni con los niños. Sus discusiones con Lucy son divertidas porque la chica de catorce años no se achica ante el hombre de casi dos metro que grita mucho pero que muerde poco.

Y Lucy es otro punto fuerte de la novela, porque a pesar de ser menor, se niega a que los demás decidan por ella: tiene un plan para evitar que su hermana acabe en un centro de menores o una familia de acogida. Tiene a un hombre y a una mujer al alcance de la mano: pues no duda en intentar emparejarlos, Es una chica tozuda, deslenguada, tan bocaza como Mat, tan descarada como Nealy, siempre escondida tras capas y capas de maquillaje. Pero en el fondo es una niña insegura, asustada y sedienta de cariño.

En fin, he disfrutado de principio a fin de esta historia de familia atípica, de deseos cumplidos y del precio a pagar por ello. SEP tiene una pluma ágil, descarada, chispeante que convierte sus historias en algo diferente, fresco, irresistible. Lo sé, no suelo ser del todo imparcial con esta autora pero creo que no suelo equivocarme cuando digo que SEP no defrauda.