Las cenas de los martes de Monika Peetz

11 enero 2013


Las cenas de los martes
Título original: Die dienstagsfrauen
Editorial: Maeva / 25 Octubre 2012
ISBN: 978-84-15120-97-1
Género: Narrativa
Judith, Eva, Estelle, Caroline y Kiki son amigas desde que se conocieron en un curso de francés. El primer martes de cada mes se reúnen para cenar y ponerse al día y, una vez al año, hacen un viaje juntas.
Pero últimamente las cosas han cambiado: Judith no logra superar la pérdida de su marido y planea el viaje de peregrinación a lourdes que él nunca pudo hacer. Preocupadas por su amiga, las otras cuatro mujeres no dudarán en acompañarla.
Juntas se embarcan en una travesía que pondrá a prueba su amistad y hará que sus vidas cambien para siempre.

Según la guía del peregrino de Caroline, peregrinar a Lourdes ofrece al viajero este lema aparentemente muy prometedor: “A cada paso, una respuesta”. El problema es que el viaje que han emprendido las cinco amigas tiene un efecto contrario: “A cada paso, una pregunta nueva”. Kiki, Judith, Estelle, Eva y Caroline verán sus vidas desde otro punto de vista al alejarse de su rutina y descubrirán que un poco de perspectiva, unas cuantas ampollas en los pies y horas para reflexionar despeja las dudas y pone las cosas en su sitio.

La cena de los martes narra con un estilo sencillo y no menos detallado el viaje de cinco amigas que aparentemente no tienen nada en común. Monica Peetz ha creado cinco protagonistas cuyos problemas se irán resolviendo o complicando según se vayan acercando a su destino. El tono es ligero acompañado de reflexiones sobre el matrimonio, la familia, la ambición profesional, la infidelidad. Cada una de las mujeres de la novela aporta una visión distinta de la vida, desde la más egocéntrica a la más desinteresada.

Todas las protagonistas no tienen el mismo peso en la novela, como es el caso de Estelle, la mayor de todas, pero ejerce de consciencia de cada una de ella. Las demás batallan con sus pensamientos, preguntándose si son realmente felices o se engañan a sí misma. Y entre tantas dudas, algunos puntos podrían caer en el drama, sin embargo la autora ha sabido darles el tono adecuado para no alejarse del estilo desenfadado de casi todo el libro.

La cena de los martes me ha gustado, entretenido, incluso me ha hecho sonreír, sobre todo Estelle. Es una historia de amistad y de superación para encontrar la felicidad al final del camino. No aporta nada nuevo a este tipo de novela, y han sido muchas las que han retratado la amistad entre varias mujeres empezando por El Club de los viernes y muchas más, ni tiene un estilo que destaque, pero es ameno, bien planteado, cada personaje tiene un perfil claro y resulta agradable acompañar a estas cinco amigas en su peregrinación, ser testigo de su evolución y  sentirse parte de su círculo.