Al límite de Erin McCarthy

02 marzo 2012


Autor: Erin McCarthy
Título original: Flat-Out Sexy
Editorial: Phoebe/febrero 2012
ISBN: 978-84-96952-94-2
Género: Novela erótica/contemporánea
Serie: Fast Track
Precio: 17,95 €
Tras la muerte de su esposo mientras competía en una carrera del circuito de velocidad, la vida de Tamara se ha centrado en sus hijos y ha renunciado a la excitación y el glamour de los circuitos, intentando encontrar un hombre sencillo y predecible con el que compartir sus días.
Elec Moroe es el último de una saga familiar dedicada a las carreras de coches, el novato del año que está acaparando toda la atención por su agresiva forma de conducir en la pista. Rodeado de fama y dinero, las mujeres más impresionantes se le acercan para conseguir su minuto de gloria. Sin embargo, Elec aspira a algo más, una verdadera mujer a la que poder amar.
Ambos se encuentran casualmente en una fiesta y la pasión estalla a su alrededor. Pero, tras una noche de ensueño, la realidad parece imponerse en la mente de Tamara: sus hijos, los peligros de la competición, el temor de volver a quedarse sola de nuevo y, no menos importante, la enemistad entre la familia de Elec y la de su anterior marido amenazan con destruir la felicidad que entrevé en los oscuros ojos del joven piloto, y que hacen que su corazón vuelva a latir de forma descontrolada.


Cuando me enteré de la publicación de "Al límite", lo primero que me llamó la atención fue su refrescante ambientación: las carreras de coches. Me apetecía encontrarme con algo nuevo y, la idea de sumergirme en una lectura con pilotos de carreras de por medio, resultaba suficientemente alentadora. No obstante, sabía que sería un libro sin medias tintas, me podía gustar o decepcionar por completo. Afortunadamente, ha sido lo primero.

Si le sumas la original ambientación, una trama sencilla y unos personajes encantadores es lo que da como resultado una lectura muy amena que deja muy buen sabor de boca. Porque a pesar de que no es la novela del año, ni creo que pretenda serlo, consigues pasar un muy buen rato.

Sin duda, quien más me ha gustado ha sido Elec Moroe, el protagonista masculino. Le encanta la velocidad y, en su primera temporada en la competeción de carreras, está despuntando notablemente. Pero al contrario de lo que podríamos suponer, está lejos de ser un hombre egocéntrico. En realidad, es alguien muy corriente. Sexy e irresistible, odia ser el centro de atención, tiene muy claras cuales son sus metas y es toda ternura a pesar de su punto débil, las relaciones sociales. Aunque con Tamara es diferente... a pesar de la diferencia de edad.
—Tamara, cálmate. No es para tanto.
—Sí que lo es. ¡Tengo dos hijos pequeños y me he acostado con un hombre a quien doblo la edad sin saber siquiera su apellido! ¡Dios! Soy una... Soy una... una asaltacunas.
Elec se echó a reír.
Como viuda de un piloto de carreras, sabe lo que es el sufrimiento y la tensión que producen los circuitos, tanto que no está dispuesta a volver a salir con alguien de la profesión. Dos años después de la muerte de su marido, se encuentra tratando de rehacer su vida y para ello busca a alguien estable, con una vida normal y sin riesgo. Pero entonces aparece Elec, el partido perfecto, salvo que de riesgo tiene mucho.

A pesar de la situación traumática de Tamara, me ha gustado que la autora no incida en el drama de su historia. De esta manera, nos encontramos una novela erótica que no deja de lado los sentimientos de los personajes y, en consecuencia, el amor que se procesan resulta creíble y justificado. Otro punto positivo, ya que en muchas de las novelas del género se centran en lo sexual y olvidan el resto.

Pero por otro lado, es cierto que suceden una serie de hechos que se resuelven de forma excesivamente rápida y fácil, restándolo el juego que podría haber aportado y enriquecido a la novela.

Aún así, he disfrutado mucho de la lectura. No puedo olvidarme de los personajes secundarios: Ryder, Suzanne, Ty, Imogen y los hermanos de Elec, Eve y Evan. Algunos de ellos dejan entrever más que otros sus propias historias, las cuales prometen mucho.

En definitiva, una lectura sin más pretensiones que disfrutar y pasar un buen rato.  Pero es suficiente, estoy deseando poder leer el resto de la serie.

Valoración: 4/5



Primera novela de Erin MacCarthy, una autora reconocida en USA, nueva para nosotras. Y empieza con una historia desarrollándose en el mundo de las carreras automovilísticas (muy conocidas en España desde que Fernando Alonso compite por el primer puesto).

Tenía mucha curiosidad para averiguar qué sorpresas nos traería Erín MacCarthy. Sus personajes me gustaban a primera vista: Una mujer que ha perdido a su marido en una carrera de velocidad. Conoce el mundo del motor y la velocidad, sus peligros no le son ajenos y todo lo que desea es llevar una vida tranquila junto a sus dos hijos. Pero los mejores planes siempre se topan con los imprevistos. En este caso es un joven piloto unos años más joven de Tamara, un joven agresivo que lucha por llegar a los primeros puestos de la parrilla de salida y de llegada. Es un hombre soltero, sin ataduras, y con fama de mujeriego para rematar el cuadro. De modo que Tamara decide, tras un primer encuentro, que sus caminos tienen que separarse, por muy bueno que haya sido el sexo, por mucho que le guste Elec y por muy sola que se sienta.

Lo primero que diría de la novela de Erin MacCarthy es que prometía mucho, por desgracias todo queda en la superficie. Me ha gustado el perfil de los personajes: ella es una mujer precavida porque la vida ya le ha asestado un duro golpe con la muerte de su marido, y es madre de dos hijos lo que la lleva a poner por delante de sus deseos el bienestar de su familia. Me ha gustado la división entre la figura de madre y la de mujer, la lucha por hacer lo mejor y la necesidad de volver a sentirse viva en brazos de un hombre. Por parte de Elec, también me gustó su carácter equilibrado, callado y reservado frente a la prensa. Es un joven coherente que se ha cansado de los brillos superficiales que regala la fama y al conocer a una mujer como Tammy presiente que junto a ella se sentirá mucho más realizado como persona que junto a todas las rubias tetonas que le persiguen con el fin de compartir cinco minutos de gloria (creo que ahí topamos con un tópico bastante manido, pero lo pasamos por alto).

La relación entre la pareja es sensata, dentro del género erótico, hay sentimientos, emociones. El sexo tiene un papel fundamental, pero lo que prevalece son las personas y sus sentimientos.

Sin embargo, todos los problemas que deja entrever el argumento de la novela pasan sin levantar la más mínima tensión en la historia de modo que todo ocurre sin sobresalto, sin sorpresas, de manera muy superficial. Creo que se ha desaprovechado la rivalidad entre las dos familias, ¿qué ocurrió entre los dos patriarcas para que no puedan si verse en foto? Pues todavía no lo sé pese a haberme leído la novela. Cabe esperar que ese misterio se resuelva en futuras entregas de la saga. Otro punto desaprovechado: La seguidora/admiradora/acosadora de Elec. Creo que podría haber dado mucho más juego creando tensión en la pareja, en la confianza en si misma de Tammy o en Elec (dado su secreto). El mundo de las carreras tampoco es que brille mucho, se pasa por encima sin hacer mucho hincapié, cuando es un hervidero de rivalidades, secretismo, nervios y zancadillas. Sin embargo, según Erin MacCarthy, parece una competición de Kart entre niños ruidosos e irrespetuosos.

A favor de la novela, además de los protagonistas, están los personajes segundarios como Ryder y Susan, una pareja que se ha separado pero que sigue compartiendo mucha chispa cuando están juntos. Ty es también un personaje que promete, sobre todo si Emogine es la que le plante cara, como deja preverse. Los hermanos de Elec, Eve y Adam, son otra baza a favor por ser tan bocazas. Reconozco que tengo ganas de conocerlos un poco más. Y finalmente están los hijos de Tammy. Admito que me gustan los niños en las novelas porque aportan frescura y permiten que los protagonistas dejen ver su lado más tierno o travieso.

En resumen, Al límite es una novela con buenos personajes, pero con una trama que flojea mucho para mi gusto. Por ser la primera, me he llevado una pequeña desilusión porque esperaba mucho más. Aun así estaré pendiente de las siguientes entregas porque los segundarios me han gustado y cruzaré los dedos para encontrarme con historias que estén a la altura de sus protagonistas.

Recomendable para pasar el rato, no deja mucha huella pero entretiene.