Princesa furtiva

11 febrero 2011



Princesa furtiva
Autor: Anne Gracie
Editorial: La Romántica Booket / Enero 2011
Género: Histórico
Serie: 1º Jinetes oscuros

El hijo más joven del conde Renfrew, Gabriel, es un aguerrido soldado que, tras regresar de las campañas militares en las que ha estado los últimos ocho años, trata de ahogar su desazón y aburrimiento como puede. Una noche, mientras cabalga a toda velocidad por el filo de un acantilado, tropieza con una bella mujer atrapada bajo una tormenta que necesita su ayuda. Una joven en apuros es exactamente el aliciente que Gabe busca para volver a sentirse vivo.
Después de ser objeto de innumerables atentados, Callie, una princesa prófuga disfrazada como una plebeya, y su hijo, el príncipe heredero, necesitan ser defendidos de aquellos que intentan usurparles el trono. Callie no tiene otra opción más que confiar en el atractivo ex oficial que acaba de conocer, incluso cuando él insiste en que lo único que puede mantenerla a salvo es un matrimonio de conveniencia.
¿Podrá Gabe protegerlos de los asesinos? Y Callie, ¿será capaz de resistirse a los encantos de su nuevo marido?

    Una princesa en apuros...
    Callie huye a Inglaterra junto con su hijo Nicky, el heredero del trono de Zindaria y el mismo a quién tratan de asesinar. Nadie cree en el peligro que le acecha, no obstante, ella no está dispuesta a permanecer impasible. Desafortunadamente, hacia la mitad de camino de su destino, todo se tuerce.

    Y entonces aparece un soldado aburrido

    Tras ocho años en la guerra, Gabe no sabe que hacer con su vida. Y sin proponérselo, se le presenta toda una gran distracción: una mujer muy atractiva y un niño que le recuerda a él en su infancia.

    Ambos no le darán la oportunidad de aburrirse, entre asegurarse su protección y llevar a cabo algo más placentero, una seducción en toda regla a una princesa real.


    *****

    Después de mi ¿pequeña? crisis, que no era más que la carencia de decisión alguna por iniciar una lectura y, no precisamente por falta de libros pendientes, opté por empezar Princesa furtiva, un libro que tenía ganas de leer.

    Como he comentado anteriormente, en él contramos dos posiciones sociales bastantes opuestas: una princesa y un soldado. No obstante, a diferencia de lo que podríamos esperar, Anne Gracie no da la mínima importancia a ésta condición. Hay otros asuntos que interesan más en la trama central.

    Como lo es la persecución de los malos que tratan de atrapar a Nicky, el hijo de Callie.O puramente una cuestión romántica, como lo es la relación que se prevee entre ambos protagonistas.

    Pero de manera global, lo que destacaría en sí son los personajes que ofrece Princesa furtiva, más allá de una trama nada especial ni novedosa. 

    Callie es una princesa bastante humilde y cercana. Pese a la educación recibida por su padre y posteriormente, reforzada por su marido, a priori no parece una princesa en toda regla. Porque antes que nada es madre. Ella siente adoración por su hijo y esa situación la convierte en un mar de preocupación.

    En cambio Gabe es el personaje que, bajo mi punto de vista, da más juego a la historia. Él está en un constante juego de seducción a favor de la princesa. De hecho, quizás "gracioso" no es del todo el calificativo correcto, pero es un hombe que de alguna manera pone buena cara al mal tiempo, con su mejor humor. 

    Aunque Callie tampoco se queda atrás, en algunas ocasiones hace apariciones divertidas:

    - ¡Que nadie se mueva! - berreó una voz femenina -. ¡Tengo un arma!
    - ¡Dos armas! - añadió otra voz femeninca, igual de estridente, detrás de ella - ¡Y yo tengo una pala!
    Gabe suspiró; ahora comprendía por qué en el ejercito no había mujeres. Las mujeres no entendían las órdenes. Las confundían con consejos.

    Y no me puedo olvidar de Nicky, un niño de 7 años que en su corta infancia ha vivido una educación demasiado extricta y dura. Él es la ternura de la historia.

    Aparecen otros personajes: los señores Barrow, Harry, Delaney  y  el pequeño Jimmy, entre otros, que también aportan a la historia un toque especial.

    En cuanto a la narración es en tercera persona y alternada entre Gabe y Callie.Y en dicha historia podemos observar como los protagonistas crecen, superan sus miedos e inseguridades. Por ejemplo, el libro se inicia con una Callie aterrorizada y poco a poco empieza a confiar en Gabe y su gente.

    ¿Conclusión final?Me ha gustado bastante, aunque al principio no conseguía engancharme del todo, a medida que avanzaba en la lectura, iba disfrutando más de la historia y de los personajes. Al fin y al cabo es una novela romántica, y simplemente recoge una historia de amor. Pero lo hace de manera progresiva y realista, como me gusta.

    Princesa furtiva es una historia que va más allá de la superficialidad de las clases sociales, pues recoge en profundidad una serie de temas no tan banales como lo son la seguridad, la confianza, la libertad de la mujer y por supuesto, el amor.



    Una mujer en apuros con un niño, ambos calados hasta los huesos, eso es lo que se encuentra Gabriel Renfrew una desapacible noche en un acantilado tan desierto como peligroso. Su instinto le lleva a protegerles, a madre e hijo, a pesar de la reticencia de la mujer. Lo que él no sabe es que la desconfianza de Caroline, Carrie para sus allegados, está fundada en un miedo perfectamente racional porque la vida de su hijo corre peligro y si se encuentra en ese acantilado es porque ha tenido que recorrer media Europa para poner a salvo a su hijo.

    Después de leer la reseña de Patri, me propuse leer esta nueva autora, al menos para mí. Princesa furtiva es una agradable novela, sin grandes pretensiones, que se lee rápido y aporta unas horas de entretenimiento. La autora no profundiza mucho en sus personas, no los disecciona pero sí cuenta lo suficiente para que sus personajes nos resulten interesante como Caroline que poco a poco nos da a conocer el porqué de su azaroso viaje, de su lugar en la corte de Zindaria: es una princesa, pero diría que una princesa del pueblo porque es sencilla, cercana y amable incluso cuando la señora Barrow la llama “cariñin” sin saber quien es en realidad. Disfruta de los placeres más sencillos, como comer panceta de cerdo. Su vida ha sido una sucesión de estrictas normas de conducta y a pesar de ellos nunca se ha sentido valorada ni por su padre ni por su marido que le infligió la peor de la desilusiones porque no solo no se casó por amor, sino que la convirtió en motivo de burla.

    Frente a ella tenemos a Gabriel, un antiguo soldado, que, una vez acabada la guerra contra las tropas napoleónicas, no encuentra sentido a su vida. Hasta que casi aplasta a Carrie y su hijo. A partir de entonces se convierte en su protector, a pesar de las reticencias de ella. Es un hombre con encanto, algo irreverente, con un gran sentido del humor. Su niñez le ha dejado muy claro que el matrimonio no es para él pero poco a poco, la cercanía de Carrie y de su hijo le lleva a preguntarse si un matrimonio sería tan impensable, sobre todo cuando la seguridad de Carrie y la vida de su hijo están en juego.

    Los protagonistas me han gustado, no son de los que dejan una huella indeleble, pero a mí me parecieron coherentes, sobre todo Carrie. Ni que hablar de los segundarios como la señora Barrow, el hijo de Carrie o Jim. Me ha gustado mucho la relación entre Gabe y Nikky, un niño marcado por la intransigencia de su padre. Sin embargo, el conde Anton, con su bigotillo, me recordaba el villano de las películas de antaño, y el remate lo ponía el acento, esas “errrrreeees” me provocaban más risa que aprensión. Aun así, la trama me pareció entretenida.

    La historia de amor es sencilla pero se desarrolla con lógica, poco a poco. Los diálogos no están exentos de gracia, sobre todo con Gabe y su afán por coquetear con ella. Carrie es dulce, una niña sedienta de afecto a pesar de sus 23 años, pero la vida no ha sido muy benevolente, prueba que la vida de una princesa puede ser una cárcel.

    Me ha gustado, en su género, y sin grandes pretensiones, Princesa furtiva es amena, entretiene y se acaba con una sonrisa en los labios.