Atrapada en el tiempo

03 enero 2011



Autora: Diana Gabaldon
Título original: Voyager
Editorial: Salamandra Bolsillo/Reedición 2010
ISBN: 9788498382891
Género: Histórico/viajes en el tiempo
Serie: Forastera 2º

Cuando Claire Randall concibe la esperanza de que su amado James Fraser pudo haber sobrevivido a la guerra entre ingleses y escoceses, decide emprender un nuevo viaje en el tiempo para intentar reunirse con él. Y pese a que lo consigue, Claire y James se ven obligados a iniciar una larga travesía hacia las exóticas y desconocidas costas del Caribe, donde, entre las amenazas de los piratas y los misterios del vudú, procurarán forjarse una nueva vida lejos de las brumosas y beligerantes islas británicas. Aunque perteneciente a la saga de Claire Randall –cuyos dos primeros títulos, Forastera y Atrapada en el tiempo, se han convertido en éxitos de ventas en Estados Unidos y Europa– Viajera es una novela con peso propio, en la que el lector encontrará esa forma única y original de exponer los más nobles sentimientos humanos que caracteriza las historias de Diana Gabaldon y que, junto a una prosa ágil y entretenida, han cimentado la extraordinaria popularidad de esta autora.
    Me quedé tan encantada con Forastera que no pude resistirme a leer la segunda parte de la serie. Pero mi sorpresa fue mayúscula cuando me encontré con Claire en el siglo XX y la primera cosa que pensé fue: ¿Qué narices ha ocurrido? Han pasado veinte años y Claire tiene una hija… ¿Y de quien es hija? ¿De Jamie? ¿De Frank? Me quedé tan sorprendida que volví a leer el último capítulo de Forastera por si me había perdido algo. Pues no, así que me puse a leer con más avidez, si es posible, para averiguar qué empujó a Claire a abandonar Jamie y la Escocía del siglo XVIII. Desde luego es un principio increíble, habría sido demasiado sencillo que Atrapada en el tiempo se reanudara donde se quedó al final de la primera novela.
    Así que a través de los recuerdos de Claire Randall regresamos al siglo XVIII. En su intento de cambiar los acontecimientos históricos y así evitar el desastre de Culloden, la pareja se traslada a Paris y se ven envueltos en las intrigas palaciegas, las supersticiones, las traiciones y las intrincadas conspiraciones que resultan más peligrosas por esconderse en las sombras. Aparecen nuevos personajes como Alex Randall o Mary Hawkins (estos dos, aunque aparecen poco, tienen un papel fundamental  el futuro, o presente según se mire, de Claire), otros conocidos como los MacKenzie, Murtagh.
    También somos testigos de cómo Jamie y Claire se han convertido en una pareja que discute, se hiere, se ríe y se reconcilia. La complicidad sigue presente. Pero por encima de todo ese amor incondicional sigue latente entre ellos dos, el que les permite superar cualquier obstáculo. En esta parte la relación de pareja se ve un poco diluida en su afán de conseguir cambiar el curso de la historia pero no pierden su chispa, esa relación profunda que me conmovió tanto en Forastera y se verá sometida a duras pruebas.
    Claire sigue siendo la mujer decidida y sin pelos en la lengua, entregada a Jamie y a su causa, salvarle y asegurar un futuro para ambos. Una vez más tiene que enfrentarse a las supersticiones, aun así sigue con sus prácticas medicinales para salvar vidas. En esa carrera a contra reloj, siempre nadando a contracorriente, tendrá que asumir perdidas muy dolorosas. Jamie, por su parte, sigue enamorando por su humor, su calidez, su valor y su ternura. Aunque nada resulta fácil porque sus demonios están aún presentes, porque si sus cicatrices han sanados, los recuerdos de Wenworth siguen hiriéndole. Y por encima de todo está la desesperación de cambiar los acontecimientos que conducirán a un desastre. Tal vez por eso no es el Jamie tan desenfadado que conocí en Forastera, el personaje ha madurado, por sus experiencias y por sus responsabilidades. Aunque su sonrisa sigue siendo su primer reclamo.
    Hay una escena que me encantó, que habla de ese hombre capaz de luchar como un demonio, grande como un roble y sin embargo capaz de  abrir su corazon a un bebé:

    El rostro de la niña era inexpresivo y blanco como la luna, sus ojos dos lagos oscuros que absorbían las palabras de Jamie. Éste dibujó la curva de su mejilla con un dedo, una y otra vez, murmurando con dulzura conmovedora.

    Hablaba en gaélico, y en voz tan baja que no hubiera podido entender lo que decía aunque conociera las palabras. Pero la voz era ronca, y la luz de la luna mostraba las huellas de las lágrimas que le caían por las mejillas.
    Aunque la historia tiene siete parte, para mí la novela se divide en tres, la primera en Paris y la segunda se inicia cuando la pareja regresa a Escocía. Ahí volvemos a recorrer los caminos, nos reencontramos con personajes conocidos, algunos entrañables, otros inquietantes. Y Jamie y Claire siguen con su plan.
    El ritmo de esta segunda parte me ha parecido más rápido, más dinámicos con mucha acción, interferencias de diferentes personajes, viajes y encuentros. La intriga sigue latente atrapando al lector. Y la relación de pareja se hace cada vez más apasionada, desesperada, hasta encogernos el corazón. Esta parte llega a tener un deje de impotencia que me ha emocionado mucho, dejaba de leer y volvía incapaz de esperar por saber más.
    La tercera es el presente de Claire con su hija Brianna y Roger Wakerfield. Esta parte da inicio y fin a la historia, el presente que se ve afectado de manera sorprendente por los acontecimientos del pasado. Y compartimos los pensamientos resignados de Claire con respecto a cómo la historia trató de manera injusta o demasiado generosa a los involucrados en la batalla de Culloden, aunque para nuestra protagonista fueron personas de carne y hueso, no meros nombres en lápidas o libros de historia.
    Una vez más Diana Gabaldon nos regala una historia cargada de emociones, las de personajes muy humanos con sus dudas, sus flaquezas y sus errores. No son héroes intachables y es lo que hace de Jamie y Claire una pareja tan entrañable. Porque tienen miedo, porque todo lo que hacen no es solo para salvar vidas, también desean un futuro. Y están las emociones que el lector siente con cada alegría o pena de la pareja. Con un estilo impecable la autora nos hace partícipe de todo lo que la pareja vive y siente con su pluma precisa y detallista.
    Cuando leí la última página, me di cuenta de que apenas respiraba, totalmente absorta en la lectura, metida hasta las cejas en la historia. Y cerré el libro con un suspiro. Creo que es la mejor manera de despedirse de un libro y lo dice todo. Es la primera vez que una segunda parte me gusta más que la primera…
    Eres sangre de mi sangre y huesos de mis huesos.
    Te doy mi cuerpo para que los dos seamos uno…

    Y allá voy con la tercera.