Suaves pétalos de amor

05 noviembre 2010



Título: Suaves pétalos de amor 
Autor: Encarna Magín 
Editorial: El Tercer Nombre, Rachel / Enero 2010 
ISBN: 978-84-96693-92-0 
Género: Erótico 
Primer capítulo
Valleverde es un apacible pueblo donde vive en armonía una antigua comunidad, “Los hijos de la luz”. Pero Iván, un letal constructor, quiere construir una carretera que causará el desalojo y la destrucción de la localidad. Lucía, una dulce mujer perteneciente a la comunidad, no dudará en enfrentarse al hombre causante de tanto dolor con la intención de salvar al pueblo… aunque con ello tenga que vender su alma y su cuerpo. Lo que ambos desconocen es que el remolino de la pasión y el amor los puede engullir sin contemplaciones.
    Dos mundos que se enfrentan en una historia de amor.
    Iván Meyer, un hombre de negocio, ambicioso, cuyo fin es llegar a lo más alto, acostumbrado a conseguir todo lo que se propone, sin importarle las consecuencias. Sin escrúpulos, no duda en recurrir al chantaje para llegar a su fin, lo que le convierte en el peor enemigo de los habitantes de Valleverde.
    Lucia Olmos, una joven afincada en una comunidad anclada en el siglo XVIII, regida por estrictas normas morales, se ve superada por las artimañas de Iván y ve como su mundo protegido se viene abajo. Sometida a un dilema que rompe todo lo que creía sagrado, renuncia a lo que más valora para salvar lo poco que le queda.
    Dos personas cuyos destinos nunca deberían haberse encontrado, sin embargo, a pesar de todas las adversidades, la pasión y el amor surgirá. Pero lo peor está por llegar.
    No soy muy aficionada a las novelas eróticas, pero sentí curiosidad al leer algunas reseñas de la historia y debo decir que me llevé una sorpresa porque lo que me echa atrás con las novelas eróticas es el “aquí te pillo, aquí te mato”, sin apenas argumentos y la pasión desenfrenada como base del amor que surge. En esta historia surge, poco a poco, el amor, y aunque la pasión subyace desde el principio vemos una evolución en los dos personajes que los lleva a  enamorarse al descubrir lo que cada uno esconde en su interior; porque Iván no es el hombre despiadado que se supone al principio y Lucia… bueno, es el ángel que se presagia desde el principio.
    Tal vez Lucia sea el personaje menos interesante, aunque se vea obligada a tomar decisiones que rompen todos los esquemas que han basado su vida, es demasiado previsible, demasiado perfecta. Sin embargo el personaje de Iván crece a lo largo de la trama y la lectora se va enamorando de ese hombre apasionado y no tan fuero como lo pintan. Después vemos cómo los personajes segundarios aparecen y cada uno en su papel aporta su granito de arena a la historia, algunos entrañables, otros francamente odiosos. Secretos largo tiempo escondidos, odios y celos llegan a poner en peligro la frágil relación entre Iván y Lucia.
    La historia consta de dos partes: La primera es casi exclusivamente entre Lucia e Iván, aunque los personajes segundarios van entrando en acción; vemos cómo la pareja va venciendo sus temores, sus emociones, los sentimientos que surgen a pesar de tenerlo todo en su contra y los confunden. La segunda parte tiene que ver con los obstáculos ajenos a su historia de amor que pondrán en peligro la quebradiza relación de la pareja.
    Me ha gustado la evolución, como los dos van cediendo con muchos pasos atrás, pero… y aquí es donde, algunas veces, la historia me parecía cada vez más un empalagoso cuento de princesa rescatada por el príncipe malo que aprende a ser un hombre de honor a través de los ojos de la damisela. El cambio de Iván me resultó demasiado drástico y sus decisiones me parecieron disparatadas. Me explico y espero no desvelar demasiado: Quien decide la construcción de una nueva carretera es el Ministerio de Fomento, una vez que se aprueba el presupuesto, la obra pasa a concurso y las promotoras interesadas presentan sus presupuestos, con plazos incluidos. Una vez que se adjudica el proyecto a una promotora (Que suelen ser corporaciones a grande escalas cuando se trata de infraestructuras públicas), se realiza el proyecto en función de lo acordado y desde luego cualquier cambio en el trazado depende de dicho Ministerio de Fomento y tienen que estar basado en argumentos de peso. En ningún caso un promotor puede tomar esa decisión ya que si renunciara, la obra pasaría a otra empresa. La historia pierde veracidad tras la disparatada decisión de Iván, que se salta -sin pena ni gloria- algo que podría llevar a la ruina cualquier empresa por no concluir un proyecto a ese nivel y además reconstruir algo en terrenos públcos que, se supone, son de Fomento. El desalojo tampoco es viable ya que no es el constructor quien se encarga de esa parte, las órdenes de expropiación y evacuación no dependen de la empresa que realiza la obra, los terrenos pasan a ser bienes públicos, por lo tanto son las autoridades las que se hacen cargo de esa parte.
    Me pasó lo mismo con lo que le sucede a Abel, el hermano de Lucia. Una vez más la escritora crea sus propias normas, poco convincentes. Sin hablar de lo sucedido a la madre de Iván o a su tía y menos aún donde acaba la novia caprichosa y cruel... Muchas cosas sacadas de la manga para crear dramatismo, pero sin ceñirse a una realidad creíble. Es una novela, y el escritor es quien manda, pero esas libertades hacen que la historia resulte un cuento de hadas poco convincente en una historia contemporánea. Para eso situamos la historia en tiempos remotos, cuando imperaba la ley del más poderoso, sin tanta legislación. Incluso se podría mantener la historia en la época actual, pero con algo más de fundamento.
    De la novela, me quedo con la historia de amor, la ternura de la pareja. Por lo demás, no me han gustado los clichés en los que Encarna Magin ha caído; algunos demasiado almibarados. En cuanto a su género: no creo que sea una novela erótica ya que en ese caso se quedaría corta, lo dejaría en novela romántica contemporánea con escenas sensuales, incluso emotivas.
    No sé si decir que me ha gustado. Tampoco sé si la recomendaría.