Vencida de Hope Tarr

29 julio 2013


Vencida
Hope Tarr
Editorial: Libros de Seda/mayo2013
Título original: Vanquished
ISBN: 9788415854005
Género: Romántica histórica
Serie: Trilogía Los Hombres de Roxbury House
Conocida por todos como la «dama de Mayfair» por su virtud inquebrantable, su resolución y su elevado concepto de la dignidad, Caledonia Rivers (Callie) es la líder de las sufragistas londinenses, la imagen perfecta de lo que tanto disgusta a todos aquellos que están en contra de que las mujeres se metan en líos políticos y pretendan tener un papel en la sociedad. Agitadores, lunáticos e incluso prostitutas la detestan. Sin embargo, estos no son sus mayores enemigos: Caledonia tiene uno peor, un parlamentario que está dispuesto a no detenerse ante nada para evitar que las mujeres puedan votar y que ese objetivo muera en la cámara de los Comunes. Pero además, ese personaje pretende destrozar la impecable reputación esta mujer, líder de las sufragistas.
Hadrian St. Claire lleva una mala temporada con las cartas, muy mala, que amenaza con hacer que sus huesos acaben en el fondo del Támesis. Por eso, aunque a regañadientes, acepta por dinero seducir a la famosa líder para después fotografiar con su cámara la que ha de ser su caída en desgracia. Para ello, se hace pasar por un fotógrafo que quiere inmortalizar la próxima marcha hacia el Parlamento, con lo que logra entrar en los círculos más cercanos a Caledonia. Pero la bella Callie, encantadora y de voz seductora, poco tiene que ver con la idea que él se había hecho de una solterona desgarbada y que odia a los hombres. Y mientras la pasión entre ambos pasa de las chispas a un fuego más que ardiente, quien finalmente está en peligro de ser vencido es el propio Hadrian.

Si algo puede definir el ocaso del siglo XX son las luchas sindicales para dignificar el trabajo de las clases más desfavorecidas y el movimiento sufragista de miles de mujeres que se convirtieron en el hazmerreír u objeto de calumnia por parte de las clases dirigentes, incluso del resto de las mujeres.

Vencida relata el encuentro de dos personas que nada tienen en común: Hadrian, cuyos orígines humildes y delictivos oculta bajo una falsa identidad, es un fotógrafo enamorado de su profesión y decidido a salir adelante a cualquier precio. Cuando se ve entre la espada y la pared por una deuda, no tiene más remedio que aceptar el acuerdo que le propone un político muy influyente: arruinar la reputación de Caledonia Rivers, la Dama de Mayfair, la figura pública e intachable de las sufragistas de Londres. Hadrian desprecia a esas mujeres, que a pesar de provenir en su mayoría de familias adineradas, luchan por unos derechos que excluyen a sus congéneres más pobres. Y él entiende lo que significa la pobreza, el desprecio y la desesperación. Por eso mismo, y por su necesidad de pagar sus deudas, no duda en aceptar el encargo. Sin embargo el fotógrafo no ha contado con el carisma de Callie, su generosidad y su entrega.

Portada original
Callie es el polo opuesto a Hadrian, o eso aparenta en un principio. La Dama de Mayfair esconde un pasado solitario, una decepción que la llevó a elegir la soltería y una familia que desaprueba sus actividades. Si no fuera por su tía Lottie, estaría sola. Tal vez por eso se ha volcado en luchar por el sufragio universal, para que las mujeres puedan ser dueñas de sus decisiones y de sus vidas. La extraña petición del fotógrafo Hadrian St Claire, de realizar un reportaje fotográfico que se publicaría en la prensa como imagen y rostro del movimiento, la llevara a conocer a un hombre tan irresistible como irritante porque Hadrian no oculta lo que piensa de las sufragista: para él el sufragio universal es un capricho de mujeres demasiado ociosas, lo realmente necesario, según Hadrian, es llevarse algo a la boca y sobrevivir.

Entre los dos nace un vínculo que los llevará a entender mejor la postura del otro y lentamente se verán arrastrado por un amor y una pasión que podrían ponerlos en peligro.

Hacía tiempo que no leía una novela romántica histórica que me hubiese atraído tanto nada más ser publicada. Por supuesto lo primero que me llamó la atención fue su portada, muy diferente a lo que habitualmente se suele publicar en este género: una imagen sencilla en blanco y negro con una mujer desnuda como única protagonista posando de manera artística. Tanto la imagen de esa mujer sosteniéndose la cabeza en actitud meditabunda, incluso diría que algo avergonzada, ocultando su rostro, como el título: Vencida, me parecieron una apuesta arriesgada por parte de la editorial Libros de Seda, pero cuando leí el argumento, me pareció perfecta.

Después descubrí sus personajes, sobre todo sus protagonistas, y me sumergí en una novela maravillosa, de esas que cuando la acabas piensas: Me encantaría escribir una historia como esta. Vencida retrata una sociedad dividida entre hombres y mujeres, ricos y pobres, empresarios y obreros, honorabilidad y traición, decoro y deseo. Vencida es muy completa y muy bien narrada, adentrándonos en los entresijos del sufragismo y de la lucha de las mujeres por ser reconocidas. Con acierto la autora ha sabido combinar esa faceta de la novela con la historia de amor entre dos personas solitarias, sedientas de afecto, inconscientes de albergar en secreto el mismo sueño.

Ambos, Callie y Hadrian, son dos personajes muy carismáticos, bien perfilados y convincentes. En
Hope Tarr
ningún momento se hacen sombra y la autora ha sabido describir sus diferentes posturas con coherencia. Hadrian esconde su pasado y trata de labrarse un futuro huyendo de la pobreza. Conoce de primera mano el lado más oscuro del ser humano. Callie, por su parte, se ha criado en un entorno privilegiado, no obstante también ha sido víctima del desprecio y el rechazo de los suyos. Encarna lo que su clase más rechaza: una solterona que pone en evidencia las injusticias que sufren las mujeres. Hombres y mujeres la tratan con desconfianza. Cuando Callie y Hadrian se conocen, el movimiento sufragista está a punto de conseguir un gran avance en su lucha, cualquier tropiezo echaría a perder todo el trabajo realizado con tanto esfuerzo. Por eso mismo Callie se muestra cauta al principio, hasta que los sentimientos superan la razón y ambos caen en su propia trampa.
—Oh, Callie, querida niña, ¿es que no lo ves? Nadie puede quitarte el honor a no ser que se lo permitas.
Me he enamorado del personaje de Callie: fuerte, decidida, y llegado el momento capaz de entregarse de la manera más absoluta, poniendo en manos de Hadrian su futuro y el de todas sus compañeras. Hopa Tarr nos describe una protagonista reservada pero también sensual y dispuesta a descubrir su sexualidad. Creo que de alguna manera estamos un poco equivocadas con respecto a este tema, como si las mujeres de entonces fueran todas unas doncellas tímidas e inocentes. Una vez más Hope Tarr no duda en otorgar a su protagonista la curiosidad, el impulso sexual y la naturalidad de una mujer de cualquier época dispuesta a experimentar. Y es que entonces ya había mujeres que reclamaban el fin de la doble moral entre hombres y mujeres. 

Victoria Woodhull, primera mujer en presentarse a las elecciones presidenciales norteamericana, escribió:
«Cuando la mujer se libere de la esclavitud sexual y se sexualmente libre, entonces será dueña y controlará su placer sexual y orgásmico, y los hombres estarán obligados a respetar esta libertad.»
Tampoco he podido resistirme a Hadrian, con sus luces y sus sombras. Su lucha entre lo honorable y la supervivencia me ha emocionado. Su pasado es la parte más cruda y realista de la novela, algunas veces muy ruda ya que trata sin paños calientes la prostitución, incluso la infantil. Gracias a él Callie descubre otro Londres, mucho más inquietante pero también olvidado por los dirigentes, incluso por las sufragistas. Hadrian es el reflejo de los que no tienen ni voz ni voto: las mujeres de los bajos fondos.
—¿En qué estabas pensando al darle dinero a esa mujer cuando sabes perfectamente que lo empleará para comprar más licor de ese que la está destrozando? —le soltó indignada.
Entonces, él se volvió hacia ella, con los dedos apretándola del brazo.
—¿Y qué más da? Si con una botella de ginebra puede olvidarse del dolor durante unas horas, doy ese dinero por bien gastado.
En esta novela nos alejamos de los patrones habituales del género: de los salones de baile, las presentaciones y el lujo de la nobleza. Sus personajes se mueven desde los barrios más opulentos, como Mayfair, hasta los más míseros como el East End.

Vencida me ha parecido una novela muy completa, rica en matices, relatada con la dosis justa de romance, historia y realismo. Algunas veces nos llegan novelas con mucha publicidad y pasada la expectación por averiguar si vale o no tanta propaganda, nos llevamos más de un chasco. Otras, como Vencida, salen al mercado sin mucha publicidad pasando así injustamente desapercibidas. Esta historia de amor se merece algo más de reconocimiento, al menos a partir de hoy tiene un lugar privilegiado en mi biblioteca, y cruzo los dedos para que podamos leer muy pronto las otras dos novelas de esta trilogía, las historias de los amigos de Hadrian: Gavin y Rourke, que conocemos a lo largo de esta novela.


Elizabeth Cady Stanton, (12/11/1815–26/10/1902), activista estadounidense, abolicionista y figura destacada del movimiento de mujeres, asi como precursora del movimiento sufragista dijo: 
«Ya hemos sacrificado a demasiadas mujeres por esa idea sensiblera e hipócrita de la pureza, sin salirnos del camino, para incrementar su número. Las mujeres hemos crucificado a las Mary Wollstonecraft, Fanny Wright y George Sand de todas las edades... Acabemos con tan innoble lista y de aquí en adelante defendamos la femineidad. Si una mujer tiene que ser crucificada, que sean los hombres quienes claven los clavos.»