La reina descalza de Ildefonso Falcones

04 marzo 2013



La reina descalza
Autor: Ildefonso Falcones    Género: Novela histórica
Editorial:  Grijalbo                Fecha:  Febrero 2013
ISBN: 9788425350528         Precio: 22,90€
En enero de 1748, una mujer negra deambula por las calles de Sevilla. Atrás ha dejado un pasado esclavo en la lejana Cuba, el hijo al que nunca volverá a ver y un largo viaje en barco hasta las costas españolas. Caridad ya no tiene un amo que le dé órdenes, pero tampoco un lugar donde cobijarse cuando se cruza en su camino Milagros Carmona, una joven gitana de Triana por cuyas venas corre la sangre de la rebeldía y el arte de los de su raza.
Las dos mujeres se convierten en inseparables y, entre zarabandas y fandangos, la gitana confiesa a su nueva amiga su amor por el apuesto y arrogante Pedro García, de quien la separan antiguos odios entre ambas familias. Por su parte, Caridad se esfuerza por acallar el sentimiento que está naciendo en su corazón hacia Melchor Vega, el abuelo de Milagros, un hombre desafiante, bribón y seductor aunque también firme defensor del honor y la lealtad para con los suyos. Pero cuando un mandato real convierte a todos los gitanos en proscritos, la vida de Milagros y Caridad da un trágico vuelco. Aunque sus caminos se separan, el destino volverá a unirlas en un Madrid donde confluyen contrabandistas y cómicos, nobles y villanos; un Madrid que se rinde a la pasión que emana de las voces y bailes de esa raza de príncipes descalzos.

Me reencuentro con el autor que años atrás me cautivó con su ópera prima, "La catedral del mar". Sobra decir que en esta ocasión no ha sido diferente; Ildefonso Falcones resplandece con maestría retratando las luces y sombras de Sevilla, una ciudad llena de arte y color, pero también protagonista de la persecución y detención que vivieron las familias gitanas en 1749. Es un sentido y desgarrado canto a la libertad.

El peso del papel de la mujer en la novela es innegable; representa la fuerza, el sufrimiento y la constante lucha por unos derechos arrebatados. Caridad es una mujer negra recién llegada de Cuba que, a pesar de su inesperada libertad, vive con el peso de la esclavitud a sus espaldas. Lejos está del desparpajo de una orgullosa gitana indómita, inocente y atractiva como es Milagros Carmona. Así, destacan dos voces que se entremezclan al unísono, unidas por una amistad que rompe barreras culturales.  
«Nací descalza y moriré descalza »
La solidez del escenario, refrescante y poco convencional, es el gran pilar de esta historia. No solo recorremos Sevilla, también descubrimos Madrid de la época, entre otros enclaves como son Cádiz, Málaga, Tarragona o Barrancos (Portugal). Y lo hacemos a través de los ojos de los gitanos porque Falcones incide en la parte más humana de una comunidad que dispone de sus propias leyes, costumbres y tradiciones. De este modo, nos internamos en una sociedad que vive del trabajo del hierro, el contrabando de tabaco, sus bailes y cantos o la lectura de manos. También somos testigos de sus complicadas relaciones con los payos, acrecentadas por la gran redada que sufrieron, pero también la enemistad entre familias de la misma raza como Los Vega, a la que pertenece Milagros, y Los García.

Otro aspecto que me ha sorprendido es el perfil de los personajes; bien construidos, cercanos y entrañables a excepción de los antagonistas que actúan como catalizadores de algunos de los entresijos de la trama.
Falcones en la calle Amor de Dios, 
donde reside Milagros durante su 
estancia en Madrid. © Joan Tomás.
Cuando empecé la lectura, reconocí en Caridad una persona vulnerable y consumida por el tormento de una vida de separaciones, las de sus seres queridos despojados de su lado, pero también se alzaba como un símbolo de superación. Su transformación, progresiva y realista acorde a sus vivencias, no me decepcionó pero ,finalmente, no fue la única que llamó mi atención. A medida que avanzaba la historia, Milagros ganaba posiciones, pero también otros como Melchor, María y el bueno de fray Joaquín.

Hay que reconocer el mérito del autor por escribir más de 700 páginas y convertirlas en una lectura amena, al menos así ha sido en mi caso. En su prosa, rica y cuidada, destacan tanto las descripciones necesarias para construir el escenario y aportar algunos matices históricos, sin resultar denso, como los diálogos, algunos de ellos muy escuetos pero con gran significado:

«Canta hasta que la boca te sepa a sangre...»
Una delicia de lectura que hace un especial énfasis en la importancia del vínculo familiar, la lealtad, el amor y la amistad.  En definitiva, una novela con todos los ingredientes para atrapar al lector: un escenario fascinante, unos personajes con carácter y una ficción agridulce y bien hilada que se entremezcla con la realidad de un hecho histórico relegado al paso del tiempo: La Gran Redada.

Por cierto, muy acertada la portada. Me encanta, es preciosa.

Valoración: 4,5/5