Cincuenta sombras más oscuras de E. L. James

25 julio 2012


Cincuenta sombras más oscuras
E. L. James
Título original: Fifty Shades Darker
Editorial: Grijalbo / 4 Julio 2012
ISBN: 9788425348846
Género: Erótico
Serie: 2º- Trilogía Cincuenta sombras
Intimidada por las peculiares prácticas eróticas y los oscuros secretos del atractivo y atormentado empresario Christian Grey, Anastasia Steele decide romper con él y embarcarse en una nueva carrera profesional en una editorial de Seattle
Pero el deseo por Christian todavía domina cada uno de sus pensamientos, y cuando finalmente él le propone retomar su aventura, Ana no puede resistirse. Reanudan entonces su tórrida y sensual relación, pero mientras Christian lucha contra sus propios demonios del pasado, Ana debe enfrentarse a la ira y la envidia de las mujeres que la precedieron, y tomar la decisión más importante de su vida.

Después de leer Cincuenta sombras de Grey no tenía muy claro si aventurarme con la segunda parte, sin embargo, y visto el final de la primera novela de la trilogia, pensé que tal vez Cincuenta sombras más oscuras me aclararía algunas cosas de Christian Grey, un protagonista muy ambiguo que me dejó bastante confusa.

Nada más empezar nos topamos con un recuerdo de Grey, una escena escalofriante, que aporta luz a las muchas sombras que le rodean. Aunque el suceso resulta dolorosa agradecí la poca información que transmite y no hace más que confirmar las sospechas que E. L. James deja traslucir en Cincuenta sombras de Grey: una infancia traumática. No obstante, con el primer capítulo, me decepcionó que sólo hubiesen pasado unos pocos días desde la última escena de la anterior novela, más aun cuando leí como Ana, una vez más, cedía ante Christian y volvía a encontrarse con él sin objetar la más mínima oposición. A continuación, la actuación de la pareja me pareció una repetición de todo lo que me molestó en Cincuenta sombras de Grey; un Christian autoritario y controlador (no cuento el qué, pero pese a ser un hombre inmensamente rico, me pareció el colmo del control hacer lo que hace Grey con respecto al trabajo de Ana) y una Ana más bien sosa y sin genio para plantar cara. En ese momento vacilé si seguir leyendo o no. Con todas mis dudas, decidí seguir .

Y ahora que la he terminado, debo admitir que he descubierto algo que me ha gustado: un nuevo Christian dispuesto a cambiar. Me ha conmovido el lado vulnerable que la autora deja entrever en un hombre acostumbrado a ser obedecido en su vida privada y en sus negocios. Tras ese inicio que me hacía temer que me encontraría más de lo mismo, fui descubriendo un personaje atormentado por sus recuerdos, por su temor a perder a Ana y dispuesto a dejar atrás un estilo de vida que, tras la ruptura, entiende que no es realmente el que desea. Todas esas facetas, muchas veces contradictorias, dan al personaje otro carisma, mucho más cercano y humano. Entonces sí que entendí la necesidad de Ana de permanecer a su lado y tratar de aportar la ternura que Christian necesita.

Sin embargo, en el lado contrario, Ana seguía pareciéndome sosa, un personaje con poco carácter. Si bien en algunos asuntos se muestra decidida a negarse a cruzar los límites del sexo extremo en el bondage, sigue sin estar a la altura de la compleja personalidad de Christian. Desde luego muestra valor al arriesgarse en una relación con un hombre emocionalmente herido, pero todo transcurre sin una evolución palpable en el personaje. Un punto a favor de Ana es su madurez a la hora de aceptar el pasado reciente y la infancia de Grey. Incluso coincidía con ella al pensar que Elena no ayudó a Christian cuando éste no era más que un adolescente atormentado y desorientado, sino que no hizo mas que potenciar su miedo a involucrarse en lo emocional.

Uno de los escollos que la pareja debe afrontar, además del insistente control de Christian y su traumatizada infancia, es el pasado reciente de éste como su amistad con “la señora Robinson” y la aparición de una ex sumisa que aporta su dosis de inquietud. En estas lides, algunos asuntos se repiten hasta ralentizar la historia: las dudas de Ana, su inseguridad al pensar que no es suficiente para un chico taaan perfecto. Otro punto que me resultaba cansino es el constante estado de shock de Ana cada vez que posaba los ojos en Grey: lo guapo que es Christian, lo bien que huele… al cabo de media novela, me sentía empachada, así como actitudes o gestos que acabaron por aburrirme como es los ojos en blanco, morderse el labio, etc.

En términos generales, Cincuenta sombras más oscuras me ha parecido más interesante que la primera novela, sobre todo por su protagonista. Aun así sigo pensando que más de mil páginas entre las dos primeras novelas son demasiadas para llegar a un punto final esperado. Para mi gusto han sobrado muchas escenas de sexo. Algunas eran lógicas, como descubrir por parte de Christian la ternura, la reciprocidad en las caricias, involucrar los sentimientos en algo que él había considerado hasta entonces un juego de dominación. Incluso me gustó mucho cuando Christian permite a Ana que le toque esas zonas castigadas en su infancia; esa escena me resultó muy emotiva. Sé que es una novela erótica, y el sexo debe ser buena parte de su atractivo, pero frente a tanto sexo del derecho y del revés, habría agradecido más interacción en otros ámbitos. La única evolución que he percibido en Ana es su deseo de probar nuevos límites en su sexualidad como alternar el “sexo vainilla” con la sal y la pimienta de Grey, cosa que me pareció coherente, pero al cabo de no sé cuantos revolcones más o menos imaginativos, llegué a cansarme.

Cincuenta sombras más oscura es más romántica, más tierna, Christian supera muchos obstáculos y Ana debe decidir si arriesgarse, lo que hace la novela más profunda. Me ha resultado mucho más interesante, pero sigue sin convencerme con respecto a la trilogía. Dado el final de esta segunda historia, que se podría haber resumido con la primera, no sé si una tercera novela sería ya demasiado Christian autoritario y una Ana sin mucha personalidad.



*Gracias a Grijalbo por el libro*