Almas gemelas

20 julio 2011


pq-almas_gemelas_elizabeth_chandler_planeta_cubierta-jr Autor: Elizabeth Chandler
Editorial: Planeta Internacional
ISBN: 978-84-08-10210-6
Género: Paranormal juvenil

Valoración: 4,5/5
Antes de morir, Tristan le prometió a Ivy que la protegería y que la querría para siempre.  El amor verdadero nunca muere.
Ivy es nueva en el instituto de Stonehill, una localidad cercana a Nueva York a la que acaba de mudarse con su hermano y su madre. Es una chica responsable, tímida, buena estudiante y un poco solitaria que siempre ha creído en los ángeles, que considera sus mejores y más fieles aliados. Pronto hace un pequeño círculo de amigas que la ayudan a integrarse a su nueva vida y al instituto.
Tristan es el capitán del equipo de natación. Es un chico inteligente, valiente y uno de los más populares del instituto, aquel por el que suspira la mayoría de las chicas. Cuando Ivy y Tristan se conocen no pueden evitar sentir que están hechos el uno para el otro, son almas gemelas, y se convierten en la pareja perfecta.
Todo cambia cuando Tristan muere repentinamente en un accidente de coche. Ivy cree haberlo perdido todo, incluso su fe en los ángeles que, esta vez, parecen haberla abandonado... hasta que empieza a sentir cosas extrañas a su alrededor, como si una misteriosa presencia la acompañara, estuviera junto a ella, la protegiera...

NO CONTIENE SPOILERS

No soy asidua al género juvenil, únicamente en ocasiones contadas encuentro libros que despierten mi interés. Pero la publicación de “Almas gemelas” fue todo un revuelo, tanto que era prácticamente imposible no caer en la tentación de leerlo.

Seguramente habréis leído muchas reseñas, de manera que voy a hacer hincapié en mis impresiones más que en el argumento. ¿Alguna vez habéis sentido el poder que ejerce una historia y te mantiene enganchado de principio a fin? ¿Esa tensión por querer saber más y no poder parar de leer?

Elizabeth chandler - Almas gemelasPrecisamente así es como lo he experimentado, una lectura en la que disfrutas 100%. De hecho, hacía tiempo que una historia no me enganchaba hasta tal punto. 

“Almas gemelas” es más que un libro juvenil, es una historia que transmite muchas sensaciones al lector. Una trama agridulce que no deja indiferente.

Y lo hace a partir de múltiples ingredientes. Como queda reflejado en la sinopsis, encontramos un enamoramiento adolescente con elementos paranormales (ángeles) y, por si fuera poco, contiene un elemento clave, mucho suspense. Considero que le da el toque perfecto para no monopolizar la historia de amor de los protagonistas y convertirse en un libro más. 

La trilogía completa en un mismo tomo, algo de agradecer no tan solo para nuestros bolsillos (que también), sino para evitar la terrible espera e  incertidumbre (aunque falta el cuarto).

1) “El beso de un ángel” se inicia con un prólogo directo y contundente: el terrible accidente de coche que tienen Ivy y Tristan, donde resulta muerto él. Personalmente lo prefiero para prepararme mentalmente (xD!). A partir de este breve adelanto, nos sumergimos en la historia de los dos protagonistas, como se conocen, cual es su entorno y muy importante en el desarrollo del libro, sus amistades.

<<- ¿Cómo lo haces?- Susurró él - ¿Cómo puedes bailar conmigo y tocar el piano a la vez?
- ¿A la vez?-
- ¿No eres tú quien está tocando esa música que oigo?-
Ella alzó la cabeza
- Tristan, esa frase es tan…tan…
- Cursi, sí, pero ha hecho que me mires.
Tristan bajó rápidamente sus labios y le robó un beso largo y dulce.>>

2) “El poder del amor” y 3) “Almas gemelas” son el punto y a parte de la muerte de Tristan. Lleno de sucesos extraños y mucho suspense. Es curioso como algunos personajes no acaban de convencer y no sabes si son buenos o malos. Y hasta ahí puedo contar, no quiero desvelar más detalles.

Qué más puedo decir... ¡me ha encantado! Puede gustar más o menos respecto a como se desarrolla el libro, pero es lo que tiene un amor imposible. Si no lo habéis leído aún, no perdáis la oportunidad. Mientras, seguiré esperando la cuarta entrega con ansías.


Ivy es nueva en su instituto, aparentemente sólo se relaciona con dos amigas: Suzanne, la cazadora de chicos; y Beth, la romántica, aspirante a escritora. En esa nueva vida, la madre de Ivy está a punto de casarse con un hombre, Andrew, cuya posición relevante en la comunidad cambiará la vida de la adolescente y de su hermano pequeño Phillip. Pero hay también un hermanastro, Gregory, que no ve con buenos ojos la llegada de unos extraños a su hogar. Siempre rodeado de sus amigos Eric y Will, Gregory es aficionado a jugar con el peligro. Y muy cerca, siempre pendiente, está Tristán, enamorado de Ivy desde el primer día que la vio. No cejará hasta que ella se fije en él y como la constancia tiene su recompensa, la chica cae rendida a sus encantos. Enamorados y felices, no sospechan que un accidente truncará todos sus sueños y Tristán tratará de volver desde el más allá para hacerle saber a Ivy cuanto la quiere sin saber que su presencia tiene un fin que va mucho más allá: Ivy puede estar en peligro y él es el encargado como ángel protector de ponerla en guardia.

Este podría ser el resumen de la primera parte de Almas gemelas, que en USA fue la primera novela: El beso de un ángel. Es de agradecer que en España se publique la trilogía en un único libro porque esperar el siguiente cuando sigues una serie puede ser desesperante y como se suele tardar tanto entre libro y libro, muchas veces se pierde un poco el hilo.

Bien, hacía años que no leía una novela juvenil romántica; si no hubiese sido porque la Editorial Planeta nos ofreció mandarnos el libro para leerlo y hacer una reseña, admito que ni siquiera lo habría hojeado en la librería y se lo habría dejado a mi hija. Debo decir que tiene todos los ingredientes para este género como amor enlatado en almíbar, amigas chismosas, unos padres casi inexistentes, un hermano pequeño listillo aunque muy tierno, el hermanastro malo y un misterio que aparece.

Primero empezaré por Ivy ya que es el personaje que lleva todo el peso de la novela; es una chica reservada, tanto que me pareció hermética y distante. No entendía su reticencia a conocer a Tristán. De hecho, cuando la relación se estrecha entre ellos, me pareció que ella recibía mucho más por parte de Tristán que él de ella. Digamos que se dejaba querer. No me ha calado muy hondo, no es una protagonista con sentido del humor, con algo que la hiciera especial. Ni siquiera encontré complicidad con sus amigas, Ivy es muy poco comunicativa por no decir sosa.

Por su parte, Tristán es un chico tan dulce que me resultó demasiado perfecto: guapo, cachas, campeón de natación del instituto, popular, responsable, leal, enamorado hasta las cejas de su chica… vamos, que si no fuera porque me sentiría una pervertidora de menores, me lo quedaría para mí.

El contra punto lo da Gregory, un chico ambiguo, aficionado a las emociones fuertes. Parece hacer lo posible por agradar pero hay algo en él que despierta la desconfianza desde la primera vez que aparece. Para mí es uno de los personajes con más matices lo que le hace muy interesante frente a la perfección de los protagonistas.

Están los amigos, Suzanne anda tras Gregory y él le sigue el juego, se supone que es la mejor amiga de Ivy pero que me libren de esas amigas. Beth es una adolescente soñadora que tiene que hacer de escudo entre sus amigas muchas veces. Frente a las féminas están Eric, es como un polvorín a punto de explotar en cualquier momento, hasta tal punto que no duda en poner su vida en peligro con tal de gastar una broma. Will es un misterio, si de los demás se sabe poco, de éste menos aún.

Y para mí, con un redoble de tambor, está Lacey, un ángel interino que no da con su misión, que se pasa la vida incordiando a los demás, a Tristán en este caso cuando el chico se da cuenta que es un ángel “provisional”. Todo en ella me ha gustado, su desparpajo, sarcasmo, aspecto. Creo que es el mejor personaje de la novela (por supuesto, para mi gusto).

De esta primera parte hay poco que contar y creo que con muchas menos páginas se podría haber contado lo mismo, desde luego somos testigo de un amor adolescente entre los protagonistas, me imagino que ese es el fin de esta primera parte, cuando todo es perfecto en una relación.

Lo que me llama la atención es el final que tiene esta primera parte, es más parecido al final de temporada de una serie de televisión, cuando te dejan con la miel en la boca para que no te pierdas los siguientes capítulos. No se cierra nada en esta novela, todos los cabos quedan sueltos y además se pone la guinda al pastel con la certeza que el accidente que acabó con la vida de Tristán fue provocado.

Sinceramente si hubiese tenido que leer tres libros en lugar de uno, aunque el contenido sea el mismo, no habría pasado del primero. Esta primera parte no me ha convencido, no hay fondo, no se profundiza en los personajes, apenas se dan a conocer, parecen vivir en una burbuja que los aísla de todo, no hay vida familiar, no hay instituto, profesores, no hay nada excepto hechos que se suceden uno tras otro. Para tener tantas escenas entre adolescentes y viendo la que se monta en el dormitorio de mi hija cuando se reúne con sus amigos, a la trama le falta chispa, sentido del humor, algo de locura juvenil (en el buen sentido de la palabra).

Aun así, seguí con la lectura y empecé la segunda parte: El poder del amor. Ahí debo reconocer que me quedé sorprendida cuando el misterio se hizo más evidente. Los personajes seguían siendo los mismos, pero los acontecimientos de la historia me intrigaban más. La lucha de Tristán por comunicarse con Ivy es interesante, así como el acercamiento entre Ivy y Gregory. El papel de cada uno se va perfilando, sobre todo en los amigos. Aquí es donde la fantasía se hace más evidente dado los intentos de Tristán por llegar a Ivy pero también el peligro está cada vez más presente. Se intuye por donde van a dirigirse los tiros, pero está bien llevado. Una vez más, para mis preferencias, Lacey se lleva la palma en cuanto a humor y frescura. Mi punto a favor con respecto a Ivy es que en esta segunda parte, el papel de Ivy gana algo por la soledad que le produce la ausencia de Tristán, y los intentos de éste de acercarse a ella sin que ella lo sepa lo hace un poco más emotivo.

Finalmente llegamos a la tercera parte: Almas gemelas, y el desenlace que deja un cabo suelto.

Como conclusión diría que Almas gemelas me ha llegado tarde, tal vez haya perdido esa capacidad de creer en amores inocentes que lo traspasan todo, hasta la muerte. No es una mala novela, ni mucho menos, el estilo que Elizabeth Chandler es sencillo y directo, lo cual es de agradecer, tiene sus puntos emotivos que encogen el corazón, como la muerte de Tristán. Siempre resulta doloroso la muerte de un joven con tanta vida por delante (tal vez por mi edad y por haber vivido de cerca el vacío que deja la pérdida de un hijo de esa edad, pensaba más en los padres de Tristán que el Ivy). Pero más allá de ese hecho, no creo que esta novela me deje ni siquiera un rasguño como huella. No voy a repetirme pero habría preferido mucho más profundidad en los protagonistas. Creo que hay otra novela, sinceramente no sé si la leeré. Tal vez me pique la curiosidad cuando llegue el momento, pero ahora mismo, creo que paso. Almas gemelas es para un público joven y creo que en ese sentido está bien planteado pero para mi se queda corta.