Una mujer astuta

15 junio 2011



Una mujer astuta
Autor: Jill Mansell
Título original: Sheer mischief
Editorial: Plaza&Jané / 1996
ISBN: 84-01-46298-3
Género: Chick-lit

Maxime y Janey, aunque hermanas, son tan distintas como la noche del día. Maxine, exuberante y seductora, intenta abrirse camino en el mundo del cine y el espectáculo; Janey, discreta y modesta, vive de las módicas ganancias que le reporta su floristería. Cuando Guy Cassidy, un fotógrafo rico y famoso, aparece en la vida de ambas, Maxine no duda que caerá en sus redes; Janey, eterna segundona, no concibe siquiera la posibilidad de despertar su atención. Sin embargo, Guy, rodeado siempre de irresistibles vampiresas, busca algo más en una mujer.
Desde que leí Atrévete de una vez de Jill Mansell, quise leer algo más de la autora porque me gustó mucho su estilo fresco, desenfadado, con situaciones divertidas y protagonistas que me parecieron reales y cercanos. De manera que me puse a buscar en librerías de segunda mano porque si los libros de Jill Mansell se publican en toda Europa y en USA, aquí en España, apenas ha pasado sin pena ni gloria. Lo único que encontré fue Una mujer astuta.
Lo primero que me llamó la atención fue la portada que, y no temo equivocarme, es de lo más fea y si no hubiese ido sobre seguro, buscando algo de la autora, habría pasado de largo sin una segunda mirada. Aunque lo que importe está en el interior, las portadas de los libros son la carta de presentación de las novelas, tienen que decirnos algo, captar el interés con algo que nos seduzca porque queramos o no, primero nos decidimos con la vista y después nos interesamos por lo demás. No sé quién tomó la decisión de elegir esta portada, pero desde aquí aseguro que si quería hundir la novela, lo hizo de maravilla.
Y ahora a lo nuestro: la historia.
En Una mujer astuta tenemos dos hermanas: Janey es tímida y responsable, ve como su vida transcurre sin pena ni gloria desde la desaparición de su marido Alan, hasta que su hermana Maxine se planta en su casa después de su ruptura con su ultimo novio. Esta es descarada y egocéntrica, aspirante a actriz o modelo, o lo que sea con tal de alcanzar la gloria y la riqueza. Consciente de su belleza, manipula a todo el que se cruza por su camino, empezando por su hermana mayor. Por eso, Janey decide enseguida buscarle un empleo para sacársela de encima y no encuentra nada mejor que meterla de niñera en casa de Guy Cassidy, un famoso y guapísimo fotógrafo codiciado por todas las modelos y demás mujeres, padre de Josh y Ella, que piensa en buscar a una madre para sus hijos pero las mujeres que le rodean no son lo que él piensa que tiene que ser una buena madre.
Pero en la pequeña ciudad de Trézale hay mucho más; como Bruno Parry-Brent, un seductor empedernido que asegura a todas sus conquistas que su relación con su pareja Nina es liberal, sin ataduras. Y cuando pone en su punto de mira a Janey no duda en hacer acopio de todo su encanto para conquistarla, aunque por detrás este deseando meterse en la cama de su hermana Maxine. También tenemos a Thea, madre de Janey y Maxine, una mujer independiente y bohemia, escultora con poco éxito, que conoce a un millonario en su estudio y se ve en la tesitura de demostrar que no está con él por su dinero. Y este hombre no es otro que el padre de Guy Cassidy, con quien no se habla desde que el hijo se casó sin el consentimiento del padre diez años antes. La intención de Olivier Cassidy, al presentarse a Trézale, es ver a sus nietos, pero en el camino conoce a Thea y se enamora como un quinceañero.
Y hay un sinfín de personajes más. Una mujer astuta es una comedia de enredos, donde las vidas de cada uno de los personajes se entremezclan y muchas veces las repercusiones de sus actos afectan a todos ellos.
Con todos esos ingredientes se podría esperar una comedia ligera, llena de personajes originales y situaciones disparatadas pero por desgracia todo queda en la superficie, ya sea en las emociones, los personajes o las situaciones. No he encontrado la frescura que me encantó en Atrévete de una vez. Algunas veces, con tantos personajes, las escenas iban dando saltos de un lado a otro haciendo que perdiera un poco el hilo. Además los personajes no me calaron muy hondo, Janey es tan buena que acaba siendo insulsa, como un vaso de agua. Su reacción en determinada situación me parecía del todo inconcebible ya que nadie podría pasar sin hacer preguntas. Eso no es ser buena, es ser boba hasta la estupidez; Maxine me sacaba de quicio por su egoísmo, aunque la autora intentaba demostrarnos su corazoncito, pero sin convencer. Sin hablar de Guy, siendo un hombre tan guapo y tan codiciado, apenas sabemos de su vida, unas pocas pinceladas bastante sosas. De los demás personajes, la verdad, acaban aportando muy poco a las vidas de las dos hermanas Vaughan, tan solo una pocas interrupciones que pasan sin pena ni gloria cuando cabía esperar algo más de interacción, un poco más de causa/ efecto.
Y como toda historia tiene su moraleja, en cuanto vi de qué pie cojeaba cada personaje, enseguida se hizo evidente el desenlace de cada trama, lo que hizo previsible la novela. Una pena porque ni la narrativa, ni los personajes me han gustado, ni siquiera he encontrado situaciones que me hayan divertido o emocionado en algún momento de la lectura. Una pena, porque esperaba mucho más de esta historia que prometía.