Bajo el cobertizo

11 abril 2011


Bajo el cobertizo
Autor: Dorothy Garlock
Título original: The Edge of Town
Editorial: El Andén / Mayo 2008
ISBN: 978-84-92475-08-7
Género: Contemporáneo
Serie: 1º- Jazz Age
Julie Jones es una muchacha sencilla que vive con su padre y sus cinco hermanos en una granja a las afueras de Fertile, un pequeño pueblo de Missouri, en la que el tiempo transcurre al ritmo de las cosechas y las estaciones. Pero pronto los locos años veinte traerán a la ciudad sus ruidosos automóviles, el jazz y el charleston, y también un par de recién llegados que alterarán por completo la vida de los Jones: una atractiva viuda en busca de marido y un joven veterano de guerra del que Julie se enamorará. Sin embargo, su amor se verá truncado por el horrible asesinato de una niña del pueblo y por un secreto que podría destruir la felicidad de Julie para siempre.
    Esta novela llevaba años bailando en la librería de mi madre y no sé muy bien qué me hizo ojearla, pero lo cierto es que nada más empezar no pude dejarla. Tal vez fuera la ambientación, la américa profunda a principios del siglo XX, no lo sé pero quedé enganchada con unas pocas páginas.
    Julie, una joven de diecinueve años, vive pendiente de su padre y sus cinco hermanos (Joe, Jack, Jill, Jasón, Joy, y por si hay pocas jotas, el padre se llama Jethro). Apenas sale de la granja en las afueras de un pueblecito (Fertil) en Missouri. No tiene muchas expectativas de futuro. Tal vez por eso mismo, cuando conoce a Evan Johnson, no se imagina que el amor esté a punto de cambiarle la vida.
    Por su parte, Evan se siente enseguida atraído por Julie Jones y su sencillez. Es un hombre que ha visto mundo, vivido una guerra (la primera Guerra Mundial) y para colmo su padre es, y siempre ha sido, el borracho del pueblo, tan odiado como temido, lo que entorpece el regreso del hijo prodigo entre los ciudadanos de Fertil que le miran con desconfianza.
    La historia está ambientada en un pueblo donde todo parece tranquilo, el tiempo marcado por las pautes del día a día en las granjas, pero todo no es tan perfecto porque un violador acecha en las sombras, amenaza a las más jóvenes del pueblo y el padre de Evan será el primer sospechoso.
    Lo primero que diría de la novela es que es muy tierna. El desarrollo es muy sencillo pero muy bien narrado. Eso sí, si os gustan las novelas con pasión, suspense y acción olvidaros porque es muy casta, la investigación de las violaciones es una trama segundaria, aunque Evan se verá salpicado, y el ritmo de la historia es el de la vida tranquila de la familia Jones, bulliciosa pero sencilla.
    Ambos protagonistas tienen sueños, pero también secretos, que ninguno de los dos quiere que se conviertan en habladurías y eso, en un pequeño pueblo donde el “qué dirán” influye en las relaciones entre vecinos, es de vital importancia para Julie que ve como Evan es víctima del desprecio de muchos por ser hijo de Walter Johnson.
    A pesar de ser una novela muy cándida con respecto a escenas románticas, toca con sutileza temas como las violaciones y los malos tratos sin dejar de lado la indefensión que sufrían las mujeres en una época no muy lejana, cuando todos esos asuntos eran considerados algo privado y la ley se mantenía al margen. También ha retratado muy bien la hipocresía de unos ciudadanos no tan cristianos, siempre dispuestos a juzgar a los demás.
    Los personajes están muy bien perfilados, incluso diría que Dorothy Garlock ha dado más personalidad a algunos personajes segundarios como los hermanos de Julie que a los protagonistas; no obstante Julie no es una mosquita muerta a pesar de ser sencilla. No teme los enfrentamientos con la señora Birdie Stuart cuando esta amenaza la tranquilidad de su hogar, o dar la cara cuando los vecinos de Fertil arremeten contra Evan. Por su parte, Evan es, para mi gusto, casi demasiado perfecto, y eso le puede dejar con una imagen un tanto sosa. Aunque no se puede decir que sea tonto ya que cala desde el principio a Birdie y sus mentiras soterradas.
    Los segundarios son muy importantes en la historia. Algunas veces los hermanos de Julie me arrancaban sonrisas, como la más pequeña: Joy o la deslenguada Jill. Los chicos son grandullones que siempre se están metiendo con su hermana Julie y Jason me parecía un encanto. El único de la familia que me cabreaba era el padre, Jethro. Me parecía bastante irritante ver como se negaba enfrentarse a la realidad para disgusto de sus hijos.
    Algunas escenas me recordaban la película Tomates verdes fritos y su vida en Whistle Stop: los partidos de beisbol, los domingos en misa, los primeros coches traqueteando, los bailes alocados como el charleston y la cocina tradicional americana, cuando un helado era un lujo para ocasiones especiales.
    He disfrutado mucho con esta novela. No es un libro que marca anales, pero deja un buen sabor de boca y me encantaría encontrar otra novela de esta autora aunque me parece que será como buscar una aguja en un pajar.