La última cita

23 febrero 2011



La última cita
Autor: Arlette Geneve
Editorial: Vestal, La educación sentimental/2008
ISBN: 978-987-1405-09-1
Género: Contemporáneo
El trabajo, las amigas, los hijos, el teléfono que no para de sonar, las obligaciones, el correo electrónico, la casa, la ropa, la agenda, los hombres, la moda: no hay mujer moderna que no tenga que lidiar con todo eso, y Alins no es la excepción. Y, además, debe llegar a tiempo para la última cita de la semana. Ha decidido acudir a un psicólogo para poder hablar de sus problemas, para relajarse, para tener alguien que la escuche. Sin embargo, no todo es como esperaba. Por ejemplo, su psicólogo es demasiado atractivo. Parece un modelo de revista, y a Alins le cuesta articular las palabras en un principio. Luego, consigue hablar con él, contarle sus cosas y escuchar las pocas que él deja entrever. “¿Y si me enamoro?”, se pregunta Alins. No sabe nada de ese hombre. Pero, seguramente, tiene un pasado. No existen los hombres sin pasado. Como no existen las mujeres sin fantasías. Alins quiere realizar la suya y, sin quererlo, se meterá en un embrollo.¿Qué sucede si, para cumplir sus fantasías, ella comienza a verse con el hermano de su psicólogo? ¿Interfiere en la terapia? ¿Aun cuando ella no sepa que es el hermano de su terapeuta? Pero los enredos no terminarán allí y siempre, con humor e inocencia, Alins se acercará a su objetivo: que la última cita de la semana deje de ser una consulta y se transforme en la última cita que ella tenga con un hombre.
A primera vista el resumen no me atraía, nada captaba mi atención, pero por un capricho de google encontré una reseña de este libro y fue tan buena que me picó la curiosidad así que la busqué entre los libros de mi madre y me puse a leer.
El principio no me entusiasmó aunque la protagonista, Alins, me resultaba simpática pero era un tête a tête terapeuta paciente, aunque divertido en algunas cosas, que se centraba demasiado en ellos dos y sobre todo no entendía la necesidad de Alins de acudir a un sicólogo ya que parecía una mujer de lo más equilibrada y con una vida estable que necesitaba un poco de más “acción” en su vida. Seguí leyendo esperando no sufrir una decepción… y poco a poco me fui metiendo de lleno hasta llegar al final sin poder separarme del libro porque cuanto más avanzaba, mejor me caían los personajes y más me gustaba la historia con sus enrevesados acontecimientos y desacuerdos familiares.
Los protagonistas son Alins (Viuda con una hija adolescente de quince años: Beatriz), simpática, con una sorprendente mezcla de sarcasmo y ternura que presiente que algo falta en su ordenada vida; y Dante Rossi, un sicólogo cuarentón marcado por una traición que afecta a una persona muy cercana, no olvida ni perdona, su lema es el control por encima de todo, ya sea en su profesión, su vida como en sus sentimientos. Una extraña relación de inicia en esas sesiones y Alins conseguirá desconcertar tanto a Dante que este acabará desvelando más de sí mismo de lo que habría deseado.

-¿Se sentía feliz en su matrimonio?
Alins dio un respingo involuntario.
-Defina el concepto felicidad, por favor.
Dante meneó la cabeza ante su descaro.
-Es un estado de ánimo del que disfruta la persona que desea algo y lo consigue, es una satisfacción, una alegría.
-¿Sinónimos?
-Me decepciona usted… Bien, ¿Cómo lo definiría usted entonces?
-Infarto cerebral ante un estado de satisfacción puro.
-Touché –replicó él con un extraño brillo en los ojos.

Así empieza una sucesión de diálogos que forma la primera parte de la novela, pero en esta ecuación tan sencilla aparece una tercera persona: el hermano de Dante: Yago. Es el polo opuesto de su hermano mayor. El joven es alegre, vividor, divertido e irresistible. Entonces se establece una relación a tres bandas con enredos y malentendidos, silencios y esperanzas.
Después vienen otras dos partes de las cuales no hablaré mucho ya que revelaría demasiado. En ambas los protagonistas tienen que enfrentarse a sus emociones, sus sentimientos, lo que sienten el uno por el otro y sobre todo en la última parte, las consecuencias que puede tener cualquier decisión que uno toma.
El personaje de Alins da a la historia una pizca divertida, es tierna y algo vulnerable pero no es débil. Su sarcasmo me ha hecho sonreír alguna vez con sus réplicas, sobre todo cuando se enfrenta a Dante, tan controlador, tan sereno como frío. Este incluso llega a ser desagradable por su intransigencia y manía del control.
Los personajes segundarios son estupendos, sobre todo Yago, un Maquiavelo con tanto encanto que se le perdona todo. Esta Beatriz que me pareció demasiado responsable y equilibrada para su edad; la hermana de Alins: Sibil (El castigo en forma de pie y manos de Alins); y finalmente la familia de Dante.
Algunas veces puede parecer que las coincidencias son demasiado evidentes e impensables para resultar creíbles, pero no es lo más importante ya que lo que atrae es la relación entre Dante y Alins y el constante “toma y daca” debido a sus personalidades tan encontradas.
No conocía a esta autora, tenía ya ganas de leer algo suyo y la verdad esta historia: La última cita me ha parecido divertida, amena por sus personajes y por la historia.