Se prohíbe mantener afectos desmedidos en la puerta de la pensión de Mamen Sánchez

12 enero 2015

Se prohíbe mantener afectos desmedidos en la puerta de la pensión 
Mamen Sánchez
Editorial: Espasa/14 de octubre de 2014
ISBN: 9788467041910
Género: Narrativa
Cecilia Dueñas, la protagonista de esta novela, digamos que no está en su mejor momento. Por entrar en detalle, tiene por delante:
a) Reinventarse casi desde cero después de un divorcio demoledor
b) Reconstruir la casa de sus abuelos para mudarse a vivir allí
c) Buscar inquilinos: es la mejor manera que se le ocurre para evitar tener que vivir sola y no le viene nada mal el dinero.
Como a pesar de todo sigue siendo una mujer sensata, decide imponer las reglas que, partiendo de la amarga experiencia, faciliten la convivencia. Por ejemplo.
-Prohibido afligirse por causas ajenas al sentido común
-Se prohíbe mostrar compasión hacia quien no la solicita
-Se prohíbe inmiscuirse en asuntos ajenos
El que ella y sus huéspedes sean capaces o tengan ganas de cumplirlas ya será otro cantar…
Mamen Sánchez se supera a sí misma y, desde la primera página de esta novela, el humor, la empatía hacia los personajes, la ternura, las sorpresas y, sobre todo, el amor improbable y finalmente posible, se alían para conseguir una lectura absorbente, absolutamente satisfactoria… y deliciosamente adictiva.
Cecilia Dueña atraviesa una difícil etapa, acaba de divorciarse de su marido tras más de una década de un matrimonio, si bien no todo lo satisfactorio, muy cómodo, que le ofrecía una vida tranquila y segura. Cuando cree tocar fondo decide restaurar la casa de sus abuelos en la orilla del Manzanares, para ello contrata a Andrés Leal, un rudo constructor cojo, que siempre va acompañado de su perro Bicho, también cojo. A partir de entonces un hallazgo, más la llegada de diversas personas, cambiarán la solitaria vida de Cecilia. 

Para quien disfrutó de La felicidad es un té contigo, la autora Mamen Sánchez vuelve a mantener la línea de la comedia ofreciendo humor y ternura. Entrelaza la vida de todos los personajes hasta tejer una historia ligera y a la vez repleta de sentimientos como la pérdida, el amor o la amistad. Esta novela destila generosidad, la de Cecilia, pero también de los personajes que la acompañan, algunos tan transparentes, otros excéntricos. 

Para los que han leído las anteriores novelas de la autora, volverán a encontrarse con su estilo, tan cuidado y a la vez de andar por casa, coloquial y muy florido. Su protagonista es una mujer que ha superado los cuarenta, al filo de una crisis, sola tras su divorcio, y sin hijos, su mayor deseo. Sin caer en la blandura, Cecilia inspira mucha ternura, por su extrema bondad, su nobleza, pero también por su punto ingenuo. En contraste Andrés es un protagonista áspero, pero con un encanto que no deja indiferente. Sus discusiones son uno de los aciertos de la historia. Los demás personajes, tan bien trabajados, tan complejos en su sencillez, dejan su huella en el lector, cada uno con su personalidad. 

Otro punto ingenioso de la historia son las normas de convivencia que idea Cecilia y que dan inicio a los capítulos, algunas muy sensatas, otras un poco extrañas, pero todas relacionadas con los sucesos. 

Se prohíbe mantener afectos desmedidos en la puerta de la pensión es una novela entretenida, donde los amores y los secretos tienen un gran peso, con una pizca de fantasía que encaja a la perfección entre los habitantes de la pensión para señoritas en la orilla del Manzanares. A pesar de tocar temas como del drama de la inmigración ilegal, las diferencias sociales, o la soledad, Mamen Sánchez consigue dar una nota de optimismo a su novela y arranca sonrisa al lector con su sentido del humor.

Reconozco que el estilo Mamen Sánchez me convence, hasta ahora lo que he leído de la autora me ha aportado lo que necesitaba en este momento: desconectar con una sonrisa en los labios. No me voy a alargar más en la reseña, no porque no me inspire, pero no quiero arriesgarme a revelar detalles, mejor dejo a los que se decidan a leer esta novela el placer de descubrir por sí mismos las peculiaridades de esta historia. Lo que sí puedo decir es que me ha costado despedirme de los habitantes de la pensión de Cecilia Dueñas.  


Primeros capítulos aquí.