El fuego del desierto de Karen Winter
El fuego del desierto de Karen Winter
28 abril 2014
El
fuego del desierto
Karen
Winter
Editorial:
Ediciones B
ISBN: 9788466654241
Género:
Histórico landscape.
Namibia, 1959. La granja de los Salden se enfrenta a una amenaza de quiebra. A Rose no le preocupa, pero para su hija Ruth significa la posibilidad de que sus sueños se hagan trizas. Y es que Ruth no desea nada con mayor fervor que seguir llevando adelante la granja. Cuando se entera de que su abuela desapareció misteriosamente tiempo atrás con un diamante muy valioso, decide buscarlo. Sin embargo, ella no es la única que tiene la intención de encontrar la legendaria piedra denominada Fuego del Desierto. Muy pronto Ruth ya no sabrá en quién confiar, si en Horatio, el historiador de Namibia que le ofrece ayuda y la secunda en su búsqueda, o en Henry, su admirador, tan guapo como elegante, y que, igual que ella, procede de Europa.
Ruth
Salden tiene claro que su vida está estrechamente ligada a la granja que su
familia posee en Namibia desde hace más de medio siglo. Contrariamente a su
madre Rose, con quien mantiene una relación más bien fría, Ruth prefiere la
compañía de las ovejas a asistir a bailes junto a otros alemanes afincados en Namibia.
Sin embargo sus proyectos de futuro se ven amenazados por una deuda pendiente.
Decidida a salvar sus tierras del embargo, emprende un viaje que la llevará a
descubrir que su abuelo fue asesinado y su abuela Margaret desapareció durante unas revueltas cincuenta
años atrás y la acusan de haberse adueñado de un diamante místico llamado El fuego del
desierto. De repente su vida da un vuelco cuando decide averiguar quién era en
realidad su abuela y lo que sucedió en el pasado.
En su
deseo de averiguar la verdad, Ruth conoce a dos hombres: Horacio, un estudiante
nativo que
pretende recopilar la historia de su pueblo pero desde el punto de
vista de su gente y no de los colonos; y Henry, un joven de descendencia
alemana que trabaja para una importante compañía minera. Ambos la ayudarán, aunque cada uno tiene sus motivos, y llegará el
momento en el que Ruth deberá decidir en quien confiar.
Retrocedemos
a la década de los cincuentas, sin embargo Namibia no ofrece exactamente el
marco que imaginamos de esa década. Ruth vive en un entorno rural aislado, y su
principal preocupación es sacar adelante su ganado a pesar de la eterna sequía
y del desierto que siempre amenaza con tragárselo todo. Ama esa tierra árida,
se siente parte de ella y no imagina otra vida. El país de origen de su familia
le es totalmente ajeno, de ahí su profunda preocupación cuando se entera de que
puede perderlo todo, porque no concibe vivir en otro lugar.
Ruth es
independiente y muy sincera consigo misma. Como personaje me ha gustado, es
consciente de que su físico no corresponde a los cánones de belleza del momento,
sabe que le sobran unos cuantos kilos, que su pelo rojizo es indomable,
prefiere los monos de trabajo a llevar vestidos, se mueve con torpeza en los
eventos sociales y no se siente especialmente atraída por el matrimonio. A
pesar de ser una joven de veinticuatro acostumbrada a valerse por sí sola, también es muy
ingenua en cuanto a los hombres.
Entonces
conoce a Horacio, un joven que investiga la historia de los manas. A través de
este desconocido desgarbado y miope como un topo, Ruth descubre la otra faceta
de la vida en una colonia dirigida por blancos, donde las diferentes tribus de
la región fueron engañadas con argucias legales de los europeos y humilladas al
verse obligadas a abandonar las tierras de sus ancestros. Las perspectivas de
futuro de Horacio son muy limitadas por la escasa relevancia que se le da a los
negros. Los primeros conatos de rebelión por parte de algunos grupos
que piden la independencia de Namibia empiezan a sacudir el país. A pesar de las diferencias que separan a
Ruth y Horacio, este decide ayudarla a averiguar qué fue de la abuela de la
joven, aunque esta sospecha de sus intenciones ya que Horacio pertenece a los
namas, quienes aseguran que “el fuego del desierto” representa el alma de la
tribu.
En la
ciudad portuaria de Lüderitz, donde todas las preguntas podrían tener
respuestas, aparece Henry, un joven de origen alemán, de buena familia, educado,
atractivo y también dispuesto a prestar ayuda a Ruth. Representa el polo
opuesto a Horacio, Henry lo tiene todo fácil, es encantador y sabe que goza del
privilegio que supone ser blanco en la sociedad del país. Entre
estos dos hombres, Ruth descubre el amor, la amistad y sobre todo los orígenes
de su familia.
El
fuego del desierto presenta todos los ingredientes para ser una aventura donde la
investigación, la aventura y la historia de Namibia, desde la ocupación alemana
a finales del siglo XIX hasta la década de los cincuenta, van de la mano. Aun así no he quedado del todo satisfecha.
De todo el conjunto, me
quedo con Ruth, con su personalidad aventurera y atrevida, su estilo casi varonil para las mujeres de entonces, y con la ambigua relación con Horacio ya que refleja la tensión racial, la
incompatibilidad entre las creencias europeas y las tradiciones de los nativos
namas. Ambos se sienten ligados a la tierra que les ha visto nacer, sus
opiniones chocan pero en realidad tienen mucho más en común de lo que ellos
están dispuestos a aceptar. A pesar de todo lo que comparten, sus orígenes
representan la principal barrera que siempre los lleva a desconfiar del otro.
Me han gustado sus dos puntos de vista, ambos legítimos.
La
parte más débil de la novela son los personajes secundarios y el desenlace.
Quizá porque casi toda la novela se centra en el punto de vista de Ruth, pero
me habría gustado saber más de Rose (su condición de madre soltera y pilar de
la comunidad me parece difícil de creer en los años cincuenta, en una sociedad conservadora y muy chismosa). La historia de Margaret tampoco me ha convencido,
sobre todo la razón por la cual abandonó a Rose cuando no era más que un bebé. Henry
es un personaje poco interesante que parece de la nada y del que sabemos poco.
El
fuego del desierto ofrece una lectura entretenida pero no hay que esperar mucho, según se acerca el final la historia pierde fuerza.
Quizá no la haya leído en el momento oportuno, pero esperaba una historia más
intensa, más profunda y más realista.
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Si bien este tipo de historias cada vez me atrae más, creo que estamos ante un estado previo a una saturación. Parece que todas las novelas paisaje son parecidas, por lo que solo me atrevo a leer esa que se desarrolla en un escenario que de verdad me llama poderosamente (como Noruega o Canadá). Lástima que no hayas disfrutado del todo de este libro, con el próximo seguro que tienes más suerte.
ResponderEliminarUn besito.
Pues he venido a leer tu reseña en cuanto la he visto porque la novela landscape me tira mucho. Pero ya no se si me animaré o no con el libro porque veo que va perdiendo interés.
ResponderEliminarYo estoy un poco saturada de las novelas de paisaje, así que de momento no me la apunto, además parece que no te ha dejado muy satisfecha. Besos.
ResponderEliminarA mi me suelen gustar mucho este tipo de novelas, pero tampoco me atraen todas...esta la voy a dejar pasar de momento
ResponderEliminarDe momento la dejo pasar, acabo de terminar dos novelas de este género seguidas y necesito un descansito :)
ResponderEliminarBs.