El puerto del perfume de Elizabeth Ming

17 febrero 2014

El puerto del perfume
Elizabeth Ming
Editorial: Ediciones B/27 de noviembre de 2013
ISBN: 9788466654029
Género: Landscape Histórica
Sally embarca junto a su padre, el artista Theodore Evans, en un viaje que los llevará desde Bristol hasta Hong Kong, reciente colonia británica. Theodore es un pintor a quien se encomiendan los retratos de los miembros de la Compañía Británica de las Indias Orientales destacados allí. Mientras que él es un excéntrico amante de la aventura, Sally desea ser presentada en sociedad y encontrar así un esposo que le proporcione la existencia estable que nunca ha tenido. Sin embargo, a las puertas de una cultura milenaria y misteriosa, Sally Iniciará la mayor aventura de su vida…

     Una landscape más a mi haber. Llevaba tiempo deseando leer El puerto del perfume; lo primero que me llamó la atención fue su cubierta con un junco y a lo lejos un paisaje brumoso que casi oculta una montaña, después la sinopsis me atrajo aún más, así como el inicio de la novela:
"Desde la cubierta del Lady Mary Wood, Sally Evans observaba como el muelle se empequeñecía en la distancia. Entre la bruma y las velas de los barcos que poblaban el río, se vislumbraba el caos de los edificios de la capital británica. El paisaje era sobrecogedor y la cualidad onírica propia de las mañanas de la ciudad d solo hacía que engrandecerlo, creando el perfecto escenario para un adiós.
Sally no pudo evitar sonreír al ver como algunos de los pasajeros aún movían sus manos, despidiéndose de familiares ya perdidos en la lejanía. Algunos lloraban, otros reían y la mayoría exhibía en sus rostros un no disimulado miedo. El tipo de temor lleno de esperanza que solo se siente cuando uno deja todo lo familiar y se embarca hacia lo desconocido. Para muchos este era el primer viaje fuera de su ciudad y para la gran mayoría la primera vez que subían a un barco.
Sally era una excepción. Aún sin tener la fortuna de recordar la primera vez que pisara la cubierta de un barco, en ese mismo momento experimentaba la misma clase de emoción que la recorría al comenzar cada viaje. Una sensación punzante en la boca del estómago que crecía a medida que el buque se alejaba del puerto, llevado por la corriente del Támesis. Esa mañana en particular, el dolor era mayor, provocado por la magnitud sin precedentes de la aventura que estaba a punto de comenzar."
     Sally es una joven de diecisiete años, huérfana de madre, cuya vida ha sido marcada por el recuerdo difuso de su madre y por un sinfín de viajes. Vive bajo la tutela de un padre artista, cariñoso pero algo despistado, un espíritus inquieto incapaz de permanecer mucho tiempo en el mismo sitio. La joven anhela estabilidad, asentarse en algún lugar, y si es en la siempre inamovible Inglaterra, mejor. A su edad las demás jóvenes se preparar para su baile de presentación, pero Theodore recibe un encargo que los llevará de nuevo muy lejos de su hogar. Tomándoselo con resignación, Sally inicia este viaje con la esperanza de que la nueva colonia inglesa le proporcione la oportunidad de conocer al hombre que cambiará su vida sin que tenga en cuenta la poco ortodoxa educación que ha tenido la joven.

     Durante la larga travesía, Sally entabla amistad con algunos pasajeros que marcarán su vida en la isla, como un joven norteamericano, una joven de buena familia algo caprichosa que podría abrirle las puertas de la buena sociedad de la isla, y forja una estrecha amistad con su compañera de camarote de su misma edad que perdurará más allá de ese viaje hacia lo desconocido. Pero Sally también entiende que su padre le ha ocultado el verdadero motivo de su estancia en Hong Kong. Lentamente afina sus dotes para relacionarse y descubre que sus sentimientos oscilan entre la curiosidad que le inspira el norteamericano y el recelo que despierta en ella la reserva de su padre a la hora de explicarle el verdadero motivo de su viaje o las circunstancia de la muerte de su madre.

     Una vez en la isla, Sally no tiene más remedio que madurar a marchas forzadas, descubre más allá de los estrechos límites del entorno social de las familias inglesas una cultura que la asombra y los verdaderos habitantes de la isla.

    Las características de una landscape es que le historia contenga tres ingredientes: aventuras, amor y que todo se desarrolle en un entorno exótico. En este caso la aventura está asegurada, porque Sally se enfrenta a situaciones que una joven de su edad ni siquiera podría imaginarse, durante las cuales su carácter se irá forjando hasta convertir a la tímida joven en una mujer decidida. El exotismo también está muy presente porque la autora nos revela los encantos de la isla, ya sea en el círculo muy selecto de las familias inglesas, como en los barrios mucho más pobres pero no menos fascinantes para Sally. Elizabeth Ming nos recrea la isla de aquel entonces con numerosas descripciones que se entrelazan a la perfección con los acontecimientos que transcurren a lo largo de los cinco años que Sally vive en Hong Kong. Sin embargo, el tercer componente brilla por su ausencia, y no es que se eche en falta, pero si empezáis esta novela con la esperanza de ser testigos de cómo una joven inglesa descubre el amor durante su estancia en la isla, os llevaréis una decepción. Si bien es cierto que Sally averigua lo que es enamorarse, también descubre otras facetas de la vida que la llenarán en mayor medida y la convertirán en una mujer osada y valerosa, dispuesta a luchar por la extraña familia que acabará por arroparla.

     El primer punto a destacar es la prosa fluida y cuidada de la autora que enmarca una aventura poco común para una joven inglesa del siglo XIX. El segundo es la contextualización de la novela; con una dosis exacta de datos históricos, Elizabeth Ming esboza un retrato muy detallista del Hong Kong, con dos sociedades claramente separadas: la sumisión de todo un pueblo, la pobreza, el desamparo frente a los abusos, la consecuencia del tráfico de opio y los fumaderos, frente a la arrogancia de los ingleses recluidos en sus opulentos palacios construidos al estilo europeos y su negativa a integrarse, o al menos entender la cultura de los isleños. El puerto del perfume señala el claro contraste entre las dos sociedades y Sally conocerá en primera persona las dos caras que supone vivir en Hong Kong. Gracias a esa educación que siempre la distinguió de las demás jóvenes de su edad, Sally aprende a sortear los obstáculos que se irán interponiendo en su camino hasta encontrar su lugar.

    El puerto del perfume, un título de por sí muy evocador ya que Hong Kong significa en cantones “puerto fragante”, relata una historia de desengaños, superación y amistad. Sally pasa de ser una debutante que anhela más que nada en el mundo ser como las demás a convertirse en una mujer dispuesta a enfrentarse a cualquier peligro con tal de proteger a los suyos. Su evolución es gradual, bien trazada, lo que hace que el personaje sea muy convincente. Es el punto fuerte de la novela, sobre ella recae toda la trama de la novela y llega a despertar admiración porque es el tipo de protagonista que me atrae; sin llegar a convertirse en una leona, Sally aprende a sacar las uñas y a lucha sus propias batallas sin apenas ayudas.

     Los puntos negativos son que frente a ese magnífico proceso de maduración de la protagonista se pierden el misterio que lleva a su padre a viajar a la isla y su historia de amor. No es que los haya echado de menos, pero una vez acaba la novela, me pareció que algunos cabos quedaban sueltos, sin hablar del final que me pareció un poco precipitado.

     En conclusión, El puerto del perfume es una inolvidable aventura, pese a sus pequeños fallos, que, gracias al talento de Elizabeth Ming, nos permite viajar a la exótica Hong Kong y descubrir a través de los ojos de la protagonista un mundo que después de leer esta novela ya no nos parecerá tan lejano ni tan desconocido.