El jardín de los perfumes de Kate Lord Brown

13 abril 2013


El jardín de los perfumes
Kate Lord Brown
Título original: The Perfume Garden
Editorial: Vergara / 6 Marzo 2013
ISBN: 978-84-15420-40-8
Género: Sentimental

En la zona montañosa de Valencia, una casa olvidada guarda sus secretos. Abandonada desde que las tropas de Franco arrasaron España en 1936, sus paredes se han desmoronado y el jardín ha sido invadido por la maleza.
Guiada por una serie de cartas y una llave que su madre le ha dejado en herencia, Emma Temple abandona su trabajo como perfumista en Londres para devolver su antiguo esplendor a la ahora ruinosa casa de campo.
A medida que esta va revelando sus secretos, Emma se sumerge cada vez más en la historia de su abuela, una enfermera británica que pasó la Guerra Civil en España como voluntaria. Pronto comprende que una cosa es querer dejar atrás el pasado y otra muy distinta que este te lo permita.

Emma acaba de sufrir una serie de perdidas, como la muerte de su madre, la ruptura con su pareja y la venta de su negocio familiar. Sola, necesita alejarse y pensar en lo que hará con su vida en el futuro. Decide viajar de Londres a Valencia, donde su madre compró una finca poco antes de morir. Haciendo oídos sordos a los consejos de su abuela, Emma se instala en una vieja casa abandonada desde la Guerra Civil sin saber que en su camino hacia su futuro se topará con las respuestas del pasado de su familia, algunas muy turbadoras.

Acabo de leer las ultimas páginas y todavía no sé como enfocar la reseña porque me ha gustado pero también he encontrado algunas cosas que no me han convencido.

Mejor ir por partes:

La novela se divide en dos tramas: una durante la Guerra Civil española, la otra transcurre en el 2001 a caballo entre Londres y Valencia.

Los protagonistas del pasado son Freida y Charles Temple (dos hermanos ingleses, él fotógrafo, ella enfermera) que viajan a España durante el conflicto, Rosa y Jordi (ella “bailaora” y musa de Lorca, él miliciano en el frente republicano), y diversos personajes con más o menos peso en la historia, como Vicente, hermano de Jordi; Macu, amiga de Rosa; Tom, médico canadiense o los fotógrafos Gerda Taro y Robert Capa, entre otros muchos. Creo que viene bien conocer un poco de ante mano los personajes porque al inicio de la novela se recibe un aluvión de información en diversos escenarios, lo que puede crear algo de confusión hasta que el lector se ubica y entiende el contexto.

La trama que se desarrolla durante la Guerra Civil es, sin lugar a dudas, la que más me ha emocionado, porque la historia es realmente absorbente. Todos los personajes cobran mucha fuerza al verse en situaciones extrema; surgen lazos de amor u odio que dan mucha intensidad a la novela. No puedes permanecer indiferente a las escenas que la autora describe del conflicto o los sueños rotos de toda una generación.

El otro argumento de la novela es todo lo relacionado con Emma en la actualidad. Nos reencontramos con Freida y Charles convertidos en ancianos, al mismo tiempo conocemos nuevos personajes como Lucas de Santángel. En este caso todo es mucho más sosegado, sobre todo cuando Emma se instala en la villa del Valle.

Resulta difícil encontrar un equilibrio entre la vorágine de la guerra y el viaje de Emma a una finca donde todo parece tranquilo. Si bien existe un toque de misterio acerca del pasado de la casa, la trama de la joven me pareció lenta a excepción de un suceso en los primeros capítulos que será el detonante de su decisión de marcharse a Valencia, y el desenlace. Todo lo demás se me hizo un tanto pesado y carente de gancho. También he encontrado algunos tópicos con respecto a la percepción de Emma de los españoles que me han parecido un tanto desfasado, más propios de hace treinta años. Y para muestra, un botón, un dialogo entre Emma y Lucas de Santángel: 


—¡Ah! —Negó con el índice—. Espere. Nunca verá a un español borracho. No como en Inglaterra. Cuando estuve en Londres vi a una mujer... ¡una mujer!, borracha en la calle, vomitando en una alcantarilla.
—Así que nosotras no podemos beber.
—No es propio de una señora emborracharse —la corrigió él.
—¡Qué misógino!
—Es la verdad. —Se encogió de hombros—. Las mujeres que se emborrachan no se respetan a sí mismas.
—¿Qué me dice de los hombres?
—Es distinto.
Lo que realzaría sería la evocación de los aromas. Emma es perfumista y la autora, a través de su protagonista, nos transmite las fragancias que la rodean. Esa faceta de la novela me ha gustado.

En conclusión, El jardín de los perfumes tiene un ritmo desigual, con altibajos entre el pasado y el presente o con el perfil de los diferentes personajes, de hecho he conectado poco con Emma o Luca, con todo no puedo decir que no me haya gustado. Para mí, ha sido una lectura accidentada y todavía no sé cómo puntuarla.