El beso de una espía de Anna Randol

03 septiembre 2012


El beso de una espía
Anna Randol
Título original: Secret in her kiss
Editorial: Vergara/27 de junio 2012
ISBN: 978-84-15420-21-7
Género: Histórico romántico
Mari Sinclair, una mujer de exótica belleza, que ha crecido en el corazón del misterioso Oriente, decide que ha llegado la hora de dejar de trabajar como espía británica cuando escapa por los pelos a un atentado contra su vida. Por desgracia, hay personas que no son de la misma idea y están dispuestas a utilizar incluso el chantaje con tal de que no abandone.
Así pues, Mari tiene que cargar con un guardaespaldas obsesionado con el deber, y él debe asegurarse de que ella complete y sobreviva a una última misión, el comandante Bennett Prestwood es demasiado abnegado en su trabajo, demasiado inflexible y demasiado atractivo. Los oscuros secretos y las mortíferas traiciones que acechan a Mari se irán revelando poco a poco, y el leal militar se dará cuenta de que, para salvar a esa extraordinaria mujer y ganar su amor, tendrá que hacer algo impensable para él: romper las reglas, unas reglas que el amor y el deseo cambiarán de forma tan repentina como irrevocable.
Anna Randol debuta en el escenario romántico con esta apasionante novela ambientada en exóticos escenarios, que ha merecido numerosas reseñas elogiosas y que, estamos seguros, gustará hasta a la lectora más exigente.

Si algo caracteriza El beso de una espía es la peculiaridad de su ubicación y su protagonista femenina. Las novelas románticas históricas ambientadas en la regencia suelen pecar de poca originalidad. Los salones de bailes, las presentaciones en sociedad y las carabinas son el escenario habitual; y sus protagonistas suelen ser mujeres limitadas por el papel que la sociedad de entonces imponía, de modo que de una novela a otra, las situaciones se repiten hasta cansar, que es lo que me pasó con este genero.

Anna Randol
Al leer el argumento de esta novela, me llamó la atención que la autora nos trasladara a Constantinopla y que la protagonista fuera una mujer independiente, sin nadie que velara por su virtud, y encima espía. La historia prometía mucho.

Tal vez por eso, por esas expectativas de encontrarme con una novela diferente, me he llevado un chasco. Todo empieza bien y los tira y afloja entre Mari y Bennett muestran un equilibrio entre los dos, ninguno está por encima del otro en cuestión de cabezonería. Sin embargo, según iba desarrollándose la trama, la historia fue perdiendo fuelle hasta resultar algo aburrida.

Primero Bennett Prestwood, un hombre ligado al deber que le ha inculcado su carrera militar. Por ese mismo deber hacia su país, ha cometido numerosas misiones que le han dejado huellas, cicatrices visibles, pero también heridas escondidas en lo más profundo. Nada más ver a la señorita Sinclair, se siente atraído y todo por lo que ha luchado en su vida se tambalea. Es un personaje que no despierta muchas pasiones, es demasiado circunspecto, poco comunicativo y deja frío al lector. No transmite mucho y eso en una novela romántica resta mucho a la historia. Su faceta de hombre atormentado podría haber dado mucho juego, pero la autora no ha sabido comunicar la vulnerabilidad que habría hecho de Bennett un protagonista perfecto, fuerte por fuera, roto por dentro. Es una formula que suele atraer mucho.

Portada original
Mary es algo más extrovertida, más atrevida de lo que cabría esperar de una mujer de su época. Me gustaba su voluntad y su valor al enfrentarse a los peligros. Pero ahí tampoco encontré a la heroína esperada, una espía de andar por casa, aunque admito que me ha gustado bastante más que Bennett.

Y finalmente está la pareja en si. Pese a sentirse atraída por Bennett, la actitud de Mary me aburria, ahora sí, ahora no, los vaivenes en la pajera no me convencían. Pasan de discutir a abrazarse a brazo partido de la manera más desconcertante, como si la autora encajara a la fuerza una escena tórrida (que poco anima al lector). Para mi gusto le ha faltado esa sensualidad que la novela prometía.

Los personajes segundarios no aportan mucho tampoco, son previsibles. Desde la primera aparición, ya se pueden catalogar de buenos o malos, lo que resta sorpresa al desenlace. Siendo una novela con espionaje y amenazas mortales, habría agradecido algo más de desarrollo en ese aspecto.

Dado que no es un género que me entusiasme y también que esperaba algo diferente, quizá no sea la persona más sugestiva para recomendarla o no. Creo que para las amantes del género puede ser una novela entretenida, pero con todo no hay que esperar mucho. Es para leerla y pasar a otra cosa. 

*Gracias a Vergara por el libro*