Criadas y señoras: Novela o película

03 diciembre 2011




Volvemos al dilema de siempre, cuando leemos una novela, nuestra mente recrea los personajes, los escenarios y las propias escenas de la historias. Cada lectora pone su sello al dar vida a los protagonistas, en nuestras mentes son reales. Sin embargo verlos en carne y huesos en una película siempre despierta expectativas, a sabiendas que él o ella nunca se parecerá al que permanece en nuestra memoria cuando evocamos la novela.
Hace relativamente poco publicamos la reseña de Criadas y señoras (para las que no la leyeron, pueden leerla aquí). No voy a repetirme, pero ha sido una de las mejores novelas leídas en este 2011 que llega a su fin. Para mi disfrute, todo me encantó, desde los personajes hasta los acontecimientos de la época retratada. Fue un viaje por el Mississippi de 1961, cuando el color de la piel marcaba la diferencia entre las personas, más que una diferencias, era un abismo que provocaba relaciones ambiguas de amor y desprecio.


Al enterarme del estreno de la película en España y tras leer las excelentes críticas de ésta y el éxito de taquilla en USA, sentí curiosidad por ver los personajes de Kathryn Stockett en la gran pantalla. El tráiler en sí recreaba escenas de la novela que me hicieron pensar que tal vez, solo tal vez, en este caso, la película fuera un fiel reflejo de la novela.
Los personajes principales: 
Skeeter: Una joven inconformista que, al regresar a su hogar al acabar su carrera universitaria, siente que no encaja en una ciudad anclada en un pasado intolerante e hipócrita. Quiere que las cosas cambien, que la ciudad se quite la venda de los ojos y vaya hacia el futuro en lugar de mirar siempre atrás. Para ello se alía con Aibeleen y Minny con el fin de escribir un libro que denunciará la vida de las criadas negras en el Sur. Emma Stone es la actriz que da vida al personaje de la novela. No me costó ver en ella a la joven de la novela, inquieta, deseosa de romper el silencio de las relaciones raciales y sus injusticias. Es la protagonista de la película, sin embargo en la novela tenemos más referencias de su vida, como su relación con su pareja, un hombre que no comparte la indignación de Skeeter hacia los temas raciales. En la película, su vida amorosa apenas se toca.
Aibeleen: Ha sido criada desde los doce años, su madre fue, a su vez, criada de familias blancas y su abuela esclava. Es una mujer madura que ha criado diecisiete niños blancos. La muerte de su hijo, Treelore, le ha dejado un profundo vacío que sólo una pequeña niña blanca ha conseguido colmar, su bebé especial: May Mobley. Para mi gusto, es la parte más emotiva de la novela, cómo Aibeleen vuelca su afecto en una pequeña ignorada por su madre. Ambas se consuelan en su soledad. La actriz, Viola Davis, me ha parecido muy acertada, tiene esa mirada melancólica que esconde toda la frustración provocada por décadas sirviendo a personas que la consideran como una sombra sin voz ni voto. Transmite ternura y, por encima de todo, derrota hasta que Skeeter le pide ayuda para escribir su libro.

Minny: íntima amiga de Aibeleen y el reverso de la actitud dócil de su amiga. Es una mujer de carácter que no sabe morderse la lengua, lo que la coloca en el punto de mira de una de las mujeres más influyente y ruin de la ciudad de Jackson: Holly Holbrock. Cuando veía a Octavia Spencer en la película, no me costaba nada reconocer a la enérgica Minny. Ella aporta los momentos irónicos que provocan una sonrisa, tanto en la novela como en la película, sin embargo en la pantalla apenas se atisba el drama que vive en su propio hogar, el que nuestra su lado más vulnerable. Otro punto que difiere de la novela es la relación entre Minny y su señora, en la novela la criada es la que impone una distancia prudencial, constantemente ignorada por su señora.
Entre estas tres mujeres tenemos un trío perfecto: Skeeter es el cerebro, la que idea el libro; Aibeleen el corazón, la que da vida con su colaboración; y Minnie es el musculo, la fuerza que lo arrastra todo.
Los personajes segundarios:
Holly Holbrock: es el personaje más odiado de la novela y de la película. Dominante y muy manipuladora, es la voz cantante de las mujeres de Jackson. Tiene en su punto de mira a Minny por un asunto que no le ha perdonado. Tiene totalmente dominada a toda la comunidad femenina, ella decide quien es bienvenida a las reuniones de la Junior League o en la vida social de la ciudad. Es tan mezquina como rencorosa, de ahí su rechazo hacia Celia Foote por el simple hecho de que Celía se casó con el ex novio de Holly. Su relación con Skeeter es al inicio de amistad ya que se conocen desde niñas, pero enseguida siente desconfianza hacia su amiga porque presiente en ella una amenaza que podría desestabilizar su pequeño reino de terror. Bryce Dallas Howard pone el rostro al personaje y le va como anillo al dedo.
Celia Rae Foot: es la recién llegada a Jackson y vive muy sola en su mansión en el campo. Las demás mujeres le dan la espalda por el vacío que Holly ha impuesto. Uno de sus pecados es provenir de una familia muy humilde. El otro es haberse casado con Johnny Foote, un codiciado soltero de la buena sociedad de Jackson y ex novio de Holly Holbrock. Celia es todo corazón, despistada, algo infantil, pero al haber crecido en un barrio pobre, donde negros y blancos sufren el mismo desprecio, es la primera en buscar la amistad de Minny cuando está empieza a trabajar en su casa. En la película cambia un poco esa relación entre criada y señora, Minny es la que le recuerda cuál es su sitio y sus obligaciones. En la novela Celia es más compleja, detrás de su alegría, algunas veces fuera de lugar, se esconde una profunda pena, un deseo que se le escapa y la hace muy infeliz. El rechazo de las demás mujeres no hace más que ahondar su soledad, aunque su marido haga lo imposible por hacerla feliz. Con todo, las escenas que comparte con Minny son las más divertidas, aunque algunas son desgarradoras.  La actriz Jessica Chastain aporta su belleza exuberante y le da al personaje el aire provocativo e inocente del personaje de la novela. Una pena que en la peli no se sacara más partido de su personaje.

Charlotte Phelan toma los rasgos de la actriz Allison Janney. En este caso, la película refleja muy bien la relación tensa entre madre e hija. Skeeter es independiente y muy consciente de no ser la hija deseada; no es una belleza sureña, no es femenina y sus inquietudes desesperan a su madre. Entre ellas se interpone el recuerdo de Constantine, la criada que dio a Skeeter el cariño que su madre le negaba por estar demasiado ocupada en su vida social. Es un personaje ambiguo, una dama a la antigua usanza, con fuertes prejuicios. Inicia la historia con una actitud que desquicia a su hija por negarse a ver la injusticia que se está cometiendo con los negros. Tras la dura prueba que supone su enfermedad, vemos el personaje madurar.

Elizabeth Leefolt: es el perrito faldero de Holly Holbrock. Vive de apariencias, desea codearse con las damas de la Junior League, pero económicamente siempre va a la cola. Es una madre nefasta y como persona, es incapaz de tomar sus propias decisiones sin contar con el beneplácito de la poderosa Holly. Enseguida siente recelos hacia Skeeter y no duda en darle la espalda en cuanto ésta demuestra no seguir las directrices de Holly. No ve con muy buenos ojos la complicidad entre Aibeleen y Mae Mobley, pero está tan preocupada por su vida social que descarga toda su responsabilidad como madre en su criada, descuidando las necesidades de su hija cuando no le queda más remedio que quedarse con la pequeña. En parte es esa falta de amor y atención hacia la peque lo que convence a Aibeleen a colaborar con Skeeter en su libro. Ahna O'Reilly pone la cara al personaje aunque en la película su protagonismo queda un poco deslucido.

Mae Mobley Leefolt: es la niña de los ojos de Aibeleen y la hija ignorada de Elizabeth Leefolt. Cuando empieza la historia, tiene dos años. A diferencia de la novela, en la película todos parece transcurrir en pocas semanas sin embargo en el libro todo va muy lento y se alarga durante meses y meses y eso se echa en falta en la película, porque a lo largo de todos ese tiempo Aibeleen trata de enseñar a la pequeña a ver con el corazón y no con los ojos de su madre, débil y llena de prejuicios. Con cuentos que se inventa, la criada cuenta la historia de Martin Luther King, por ejemplo (ahora puede parecer poca cosa, en aquellos años, se jugaba acabar en la cárcel cuando no apaleada) en un intento de influir en las futuras generaciones. Pero no es lo único que hace Aibeleen, durante toda la novela, intenta restaurar la inexistente autoestima de la niña que no recibe de su madre más que rechazo y críticas, cuando no unas cuantas bofetadas. Para el papel de Mae Mobley, dos gemelas se turnaron para interpretar las escenas: Eleonor y Emma Henry.

Constantine Jefferson: es la mujer de color que crió a Skeeter, la que despierta en parte la consciencia de ésta cuando al volver de la universidad, todos callan cuando pregunta por ella. El silencio no hace más que deteriorar la maltrecha relación entre Skeeter y su madre. El personaje de Constantine apenas aparece en persona en la novela o en la película, pero los recuerdos que ha dejado atrás son lo que impulsarán a Skeeter a escribir el libro. Cicely Tyson es la encargada de dar vida a los recuerdos de Skeeter.
La señora Walter: es la madre de Holly Holbrock, es otro personaje poco definido. Es, a la vez, una víctima senil y una rebelde. Siente debilidad por Minny Jackson, que trabajó para ella durante años antes de ser trasladada a una residencia de ancianos por su hija. No tiene muy buena opinión de ésta, es de las primeras en disfrutar de la broma de Minny a Holly, y provoca a su hija siempre que sea posible. En la película Sissy Spacek la retrata muy bien aunque en la novela parece bastante más sosa. Lo que no queda claro, ni en la novela, ni en la película, es si el odio visceral que siente Holly por los negros proviene de su madre o no, porque pese a despertar simpatía tanto en el lector como en el espectador, es una dama sureña a la antigua usanza y el aprecio que siente por Minny podría ser fruto de la edad.

Elaine Stein: es un agente literario cuya trayectoria es una referencia en Nueva York. Se fija en curiculum que Skeeter le manda y propone ayudarla si demuestra que sabe hacer algo más que escribir artículos para el periódico de la universidad. De ahí nace la oportunidad de publicar el libro: Criadas y señoras. No es un personaje que aparezca mucho, el contacto es casi siempre telefónico, pero es el acicate que Skeeter necesita para arriesgarse. En la película Mary Steenburgen da rostro al personaje que ni siquiera vislumbramos en la novela.
Los personajes masculinos:
Johnny  Foote: aunque apenas aparezca en la novela o en la película, despierta simpatía. Primero tiene el valor de casarse por amor con una joven poco aceptable a los ojos de la buena sociedad de Jackson. Segundo: poco le importa lo que su ex novia vaya contando, y finalmente demuestra ser una buena persona sin los prejuicios habituales cuando conoce personalmente a Minny. Deja claro que valora a las personas por lo que son, no por el color de su piel o por sus orígenes. Su matrimonio es un ejemplo de felicidad aunque desconoce el drama que vive su mujer a escondidas. Mikel Vogel interpreta las escasas apariciones del personaje en la película.
Stuart Whitworth, Jr: es el hombre perfecto para Skeeter, según Holly, cuando su amistad parece a prueba de cualquier malentendido. En la película, esta parte de la novela pasa totalmente desapercibida, sólo vislumbramos una superficial pincelada de la relación que nace con mal pie al principio, pero que llega a significar mucha para Skeeter. Sin embargo el afecto no es del todo compartido: ella no es la mujer que él desea realmente ya que sigue enamorado de su ex novia, y porque no acepta el riesgo que ella corre al desear publicar su libro. En la novela es un personaje más bien cobarde, muy a gusto en su vida acomodada, como hijo del gobernador del estado de Mississippi, y se niega a aceptar las decisiones de una mujer independiente como Skeeter. Chris Lowell interpreta el papel y creo que es el único que no me cuadraba con el personaje del libro porque el Stuart de la novela es muy masculino, muy alto; sin embargo, el actor tiene más bien cara de monaguillo.
Carson Phelan: es el padre de Skeeter y aunque sólo sea una sombra que apena aparece en la novela y mucho menos en la película, enseguida queda claro que la mente progresista de Skeeter proviene de su padre. Es un hombre que no teme decir las cosas claras, incluso cuando cena en casa del gobernador y defiende los derechos civiles de los negros. Irónicamente, el dinero de su familia se hizo a costa de los esclavos en tiempo de su abuelo. Y su bien estar sigue dependiendo de sus empleados negros, pero a diferencia de la mayoría, deja bien claro que nadie debe tocar a sus empleados, y menos porque sean negros, les paga un sueldo digno y respeta sus opiniones. En la novela, en esa cena en casa de los padres de Stuart, Skeeter llega a sentir verdadero orgullo hacia su padre. El actor encargado de ponerle rostro es Brian Kerwin y hay que fijarse mucho para poder verle la cara durante los escasos segundos que aparece en pantalla. De hecho no he encontrado ni una sola foto de actor en la películ

Es más que evidente, al hacer el recuento de los personajes que Criadas y señora, que es una novela y una película con una fuerte representación femenina, en todas sus vertientes. Los pocos hombres que aparecen quedan eclipsados por las protagonistas, con todo representan, cada uno a su manera, las diferentes posturas frente a los cambios que vivía Mississippi en esos años.

Hay un detalle que me molestó, no es gran cosa, pero no entiendo por qué en la película cambiaron el color de los uniformes. En la novela Aibeleen explica de qué color es la vergüenza y sólo por esas palabras, creo que deberían haber sido más fiel al libro.
—«Esa mañana, después de que me despidieran, regresé a casa y me quedé en la calle, delante de la puerta, mirando mis zapatos nuevos. Unos zapatos que le habían costado a mi mamita lo mismo que la factura de la luz de un mes. Supongo que entonces comprendí lo que significaba la vergüenza y cuál era su color. La vergüenza no es negra como la suciedad, como siempre había creído. La vergüenza es del color de ese nuevo uniforme blanco que, para poder pagarlo, tu madre se ha pasado toda la noche planchando. Blanca sin una sola mota, ni una mancha. Inmaculada.»
En resumen, la película ha respetado la esencia de la novela, aun así me quedo con los ojos cerrados con  el libro. Entiendo que resulte imposible resumir horas y horas de lectura en 137 min, pero al ver el largo metraje, eché en falta muchas escenas, algunas divertidas, otras conmovedoras. Por mucho que el cine trate de plasmar una novela en la gran pantalla, mi imaginación es aún más grande que la pantalla de un cine y leyendo no me pierdo ningún detalle. De la película, me quedo con esta imagen, las tres protagonistas reunidas en torno a una mesa de cocina en casa de Aibeleen, cambiando el futuro de todos los habitantes de Jackson, sin gritos, sin puños alzados, sólo con el poder de la palabra.