El café de Crossroads

10 noviembre 2010



El café de crossroads 
Autor: Deborah Smith 
Título original: The Crossroads cafe 
Editorial: Booket/2009 
ISBN: 9788408087687 
Género: Narrativa
Cathryn Deen, considerada la actriz más bella del mundo, sufre un accidente de coche mientras es perseguida por un paparazzi. Desfigurada, cínica y con el corazón roto, se refugia en casa de su abuela, perdida en los Apalaches. Thomas perdió a su mujer y a su hijo en el atentado de las torres gemelas. Desde entonces ha luchado contra el alcohol y la desesperación y piensa que nada ni nadie puede devolverle el sentido a su vida. Hasta que conoce a Cathryn. Ambos emprenderán un camino largo y dificil, no exento de sonrisas y esperanzas.
    Lo primero que una piensa después de leer esta novela es el dicho: La belleza está en el interior. Es una acérrima crítica a la cultura de la belleza vacía. Cathy es una muestra del culto a las apariencias, una actriz reconocida como la mujer más bella del mundo, acostumbrada a ser adulada desde niña, mimada por todos los que la rodeaban. Un fatídico día pierde su mayor baza en un accidente de tráfico: su magnífica belleza. Todo su mundo se viene abajo y lo que creía seguro y normal se convierte en una carrera de obstáculo. Sola, abandonada por los que creía sus amigos e incapaz de aceptar su aspecto, huye del mundo que se ha convertido en su enemigo, de la prensa sensacionalista, para volver a sus raíces, las que había olvidado, cegada por las luces de Hollywood.
    En un pueblo perdido en las agrestes montañas de los Apalaches, Crossroads, se encontrará con una variopinta comunidad cuyo corazón es el Café de su prima lejana, Delta, quien le brindó el único apoyo que tuvo después del accidente. Entre todos los habitantes de Crossroads, también se encontrará con un hombre que la salvó, en más de una ocasión, de caer en la desesperación y gracias a sus cartas, sin ni tan siquiera haberle visto una sola vez, Thomas se convertirá en su único amigo.
    Pero Thomas tiene sus propios demonios que le impiden ver el futuro con esperanza; en el atentado del 11 se septiembre perdió a su mujer y su hijo. Incapaz de superar la perdida, lleva cuatro años escondido en una cabaña de los Apalaches, ahogando sus penas en vodka y deseando encontrar las fuerzas para quitarse la vida.
    Entre esos dos personajes desgarrados por sus heridas y pesadillas, una mujer, Delta, y sus panecillos milagrosos servidos en el Café de Crossroads, decide intervenir e entrometerse de manera bienintencionada, con una filosofía de vida sencilla y tierna.
    Deborah Smith ha sabido crear personajes coherentes, con sus peculiaridades, sus excentricidades, pero cargados de emociones sin estar exentos de sentido del humor. Hay escenas desgarradoras: como cuando Cathy se desnuda por primera vez delante de Thomas, desvelando sus cicatrices; y otras divertidas, como cuando el hermano del Sheriff de Crossroads, Santa, un hippie madurito, cultivador de Marihuana en su huerto, llama a Thomas la víspera de Navidad y es el sobrino de éste quien contesta.
    Los personajes principales como Cathy y Thomas y los segundarios son conmovedores. Cada uno contribuye a su manera al desarollo de la historia, como las dos niñas Ivy y Cora con su ternura, la cuñada de Thomas y el ex marido de Cathy con su mezquindad, Delta y su generosa bondad… Y el Café de Crossroads es un personaje más de la novela, donde se alimentan las almas heridas.
    Es una preciosa historia de superación, donde los protagonistas tienen que aprender a vencer sus traumas, donde cada miedo da paso al valor de enfrentarse a la adversidad, donde cada uno aprende a valorar lo que la vida ofrece, aceptando la belleza de cada detalle de lo que nos rodea.
    He disfrutado de la lectura, de la narrativa amena en primera persona desde el punto de vista de Cathy y el de Thomas, de principio a fin, con sus momentos tristes y los divertidos, con las leñadoras, la cabra Banger (aficionada a comerse todos los móviles a su alcance), Santa, el Sheriff Pike, Delta y sin lugar a dudas de Cathy, frágil y valiente, y de Thomas, herido y protector. No soy muy aficionada a las descripciones de paisaje, pero en este caso me han gustado porque se amoldaban a los estados de ánimo de los personajes, a sus necesidades. La autora nos adentra en las costumbres de los habitantes de las montañas, su filosofía y su sencillez acogedora, todo rodeado de la belleza de la naturaleza agreste y generosa.
    La recomiendo a todas aquellas que quieran emocionarse y sonreír viendo como Cathy y Thomas vencen sus miedos. Es una novela que deja huellas y tiene un rincón especial en mi estantería.