Mujeres sin pareja de George Gissing

24 septiembre 2014




Mujeres sin pareja
Autor: George Gissing             Género: Narrativa
Editorial: Alba                         Fecha publicación: 2001 (1893)
ISBN: 8484280772                   Traductor: Alejandro Palomas
"En este feliz país nuestro hay medio millón más de mujeres que de hombres. (...) Tantas mujeres solteras para las que no existe posibilidad de una pareja. Los pesimistas las llaman vidas inútiles, perdidas y vanas. Ni que decir tiene que yo, como parte integrante de ese grupo no pienso así." Estas palabras de Rhoda Nunn, la heroína de Mujeres sin pareja (1893), que trabaja para 'endurecer el corazón de las mujeres' y es un modelo de independencia para ellas, introducen acertadamente el problemático ambiente de esta novela, en la que el proyecto de emancipación feminista, en lo económico y en lo intelectual, se entrelaza con una ilustración profunda y acerada de los avatares del 'corazón' comprometido con estas causas.
Entre mis lecturas veraniegas no podía faltar un clásico. La novela de George Gissing supone un excelente retrato de las grandes dificultades que pasaban las mujeres solteras en la época victoriana. Una visión agridulce que se enfrenta a la concepción de la institución del matrimonio, tradición nada envidiable a pesar de su distinción, no cuando la autoridad y el control de sus vidas recae en la figura masculina. De este modo, ambas situaciones se analizan críticamente a través de un conjunto de personajes que construyen una historia fascinante.

Confieso que tengo predilección por las heroínas inteligentes, revolucionarias e independientes. En este grupo se encuentra la señorita Rhoda Nunn, la voz feminista de la historia que aboga por un cambio social del rol de la mujer. Junto a su socia y amiga Mary Barfoot, dirige una escuela que forma a mujeres de clase media en trabajos de secretariado. Sin embargo, ella misma se ve atrapada por sus ideales, donde no hay cabida para el matrimonio, cuando recibe las atenciones de un hombre que no se resiste al desafío que representa.

Paralelamente encontramos a las hermanas Madden como símbolo de la soltería involuntaria y mísera, tras quedar desvalidas ante la inesperada muerte del padre. Condenadas a la pobreza y a la soledad, la menor de ellas, Mónica, aspira a algo más que ganarse la vida como dependienta o institutriz. En su ambición por prosperar consigue ganar estatus y mayor comodidad económica contrayendo un ventajoso matrimonio, sin embargo, a lo largo del libro somos testigos que acaba resultando una opresiva prisión.

A pesar de que la situación de la mujer inglesa en el siglo XIX no es muy alentadora, he disfrutado mucho de la lectura y de los debates que expone. Puedo imaginar perfectamente que una novela que reflexiona sobre la desigualdad y los roles sociales según el género fuera motivo de polémica en la Inglaterra de 1893, por contra, actualmente observamos que George Gissing avanzó un cambio que por fortuna estaba por llegar. Hoy en día disfrutamos de una igualdad más equilibrada, el derecho a trabajar en distintas áreas que en aquel entonces sería impropias, a optar al divorcio de una forma más sencilla o a elegir una unión sin papeles, como el propio autor ya propone. No obstante, los hombres tampoco se salvan del escrutinio del escritor y, si bien de forma secundaria, deja entrever sus propios problemas.

Son numerosos los personajes, perfiles y las subtramas que ensalzan una novela aparentemente sencilla dado que gira sobre un único eje, pero no hay necesidad de más. Por otra parte, no puedo obviar que he leído varias reflexiones que me han horrorizado. Recuerdo especialmente una discusión que versaba sobre la necesidad de pegar a las mujeres, algo que en ningún caso tiene justificación. No obstante, teniendo en cuenta que eran otros tiempos, el único pero que he encontrado ha sido el final y realmente no deja de ser una preferencia personal dado la dirección que toma Gissing. Sin entrar en más detalles, señalar que no me ha parecido demasiado optimista.
"Nunca se le había ocurrido que una esposa sigue siendo un ser individual, con derechos y obligaciones que nada tienen que ver con su condición de esposa."
En definitiva, una lectura apasionante que hace reflexionar aún más si cabe sobre nosotros como seres independientes e individuales. Desconozco el motivo por el cual Mujeres sin pareja no ha tenido tanta repercusión como otros clásicos pero considero que es inmerecido. Por mi parte, recomendado queda.