Cincuenta sombras liberadas de E.L. James

03 agosto 2012


Cincuenta sombras liberadas
E. L. James
Título original: Fifty Shades Freed
Editorial: Grijalbo / 4 Julio 2012
ISBN: 9788425348853
Género: Erótico
Serie: 3º Trilogía Cincuenta sombras
Ahora, Ana y Christian lo tienen todo: amor, pasión y un mundo de infinitas posibilidades por delante. Pero Ana sabe que amar a su cincuenta sombras, como ella le llama, no es tarea fácil, y que estar juntos plantea un desafío que ninguno de los dos podía prever. Ana debe aprender a compartir el opulento estilo de vida de Grey sin sacrificar su propia identidad. Y Christian tiene que sobreponerse a su obsesión compulsiva por el control mientras lucha contra los demonios de su atormentado pasado.

Pero cuando parece que la fuerza de su relación puede superar cualquier obstáculo, la fatalidad, el rencor y el destino se conjuran para hacer realidad los peores temores de Ana.   

Ufff… no sé muy bien cómo empezar esta reseña sin repetirme ya que es la tercera de la trilogía. Al empezar Cincuenta sombras liberadas, nos encontramos con un Christian y una Ana en una nueva etapa de su relación que debería ser idílica. Sin embargo los problemas siguen siendo los mismos: la manía de Grey por controlar todo lo que le rodea, en concreto a Ana; y ésta que no madura mucho y cede en casi todo. Cuando parecía dispuesta a plantar cara, siempre me decepcionaba capitulando, como si tratara con un niño consentido aquejado de una pataleta.

Lo siento pero me repito. Vale que Christian arrastre un pasado que le empuja a sobreproteger a todos y necesita mucha comprensión y tolerancia, pero con Ana me sigue pareciendo que raya el despotismo. Cuando leo un libro, me gusta meterme en la piel del personaje, pero en esta última novela me sentía igual de mal, tanto si trataba de entender a Christian como a Ana. No soportaría que me echaran en cara irme a tomar unas copas con una amiga, acompañada de DOS guardaespaldas cualificados. Tampoco aguantaría a un hombre que usara el sexo para castigarme, que tratara de intimidarme, que me amenazara. Al cabo de tres novelas Christian sigue jugando con la intimidación y Ana sigue teniéndole miedo. Grey es tan voluble que me parece un termómetro bipolar que pasa de lo más caliente a lo más frío. De poco me ha servido el epílogo, tal vez haya llegado demasiado tarde para mi paz mental en cuanto a la pareja.

No sé, no entiendo las pasiones que ha despertado Christian. Quítenle el dinero, el poder que le otorga su posición social, imaginaros que es fontanero o panadero, ¿seguiría siendo igual de interesante con todas sus taras? Lo dudo. Su generosidad no hace más que cerrar aun más el cerco en torno a Ana y si bien cede en algunas cosas, y es normal que lo haga porque si no sería despotismo, siempre hay un precio, aunque sea sicológico. Creí que al leer la versión de Christian me ayudaría a entenderle un poco mejor, pero los pensamientos de Grey no han hecho más que confirmar mi opinión del personaje. Me pongo en la piel de Ana y me encuentro con un tipo que piensa como lo hace Christian y creo que me pondría como una pieza de carne en un mercado. No, gracia. No es lo mío. Necesita igualdad de poder, tanto valgo yo como vales tú, ese es mi lema con mi pareja. Si me atas, yo te ato, si me pegas, yo te pego, si tú gritas, yo te contesto, pero por encima de todo necesito dialogo en ambos sentidos. Creo que eso se llama reciprocidad. Tal vez por eso no he entendido esta historia de amor entre Christian y Ana.

Tampoco es que haya entendido muy bien la relación entre la señora Robinson y Christian, lo mismo parecía demonizar el personaje como se convertía en una salvadora.

Qué más puedo añadir, poco más. Que no haya sido de mi agrado no me impide reconocer el trabajo de la autora, ha escrito tres novelas que han despertado la curiosidad, el morbo o lo que sea, han gustado o no, pero no han pasado desapercibidas. Las tres novelas están bien escritas, con un buen ritmo y un estilo peculiar. No me meteré en si es una copia de Crepúsculo, no he leído la saga, de modo que no tengo ni idea, pero hay que admitir que E.L. James ha logrado crear un protagonista con personalidad propia. Por todo eso, respeto el trabajo de la autora y me alegro de su éxito. No obstante, la trilogía de Cincuenta sombras no es de lo que más me ha emocionado, no he simpatizado con los personajes, algunos asuntos se repetían hasta cansarme, como la admiración de Ana por Christian, los gestos machacones, las constantes discusiones de la pareja con el mismo resultado, las numerosas escenas de sexo, muchas para mi gusto gratuitas. Creo que con la mitad me habría hecho una idea y la trilogía habría ganado en ligereza.


*Gracias a Grijalbo por el libro*